La inflación arrojó una suba de 1,6 por ciento en noviembre, según lo informó ayer el Indec. La cifra es menor a la estimada por los relevamientos de los privados y de las provincias. La ciudad de Buenos Aires calculó una suba de precios del 2 por ciento para el mismo mes, mientras que el relevamiento de encuestadoras que hacen algunos bloques del Congreso (Frente Renovador y Progresistas, entre ellos) arroja un promedio del 1,9 por ciento. Alimentos y bebidas fue uno de los rubros con mayor aumento en el mes, con el 1,9 por ciento. Gastos para salud, y Equipamiento y mantenimiento del hogar fueron otros rubros con subas importantes. El Indec aclaró que las tarifas de gas siguieron impactando en noviembre y que, sin computar el efecto tarifario, la inflación hubiera sido de 1,5 por ciento, cifra llamativamente idéntica a la meta mensual del Banco Central para el último trimestre de 2016.

El documento del Indec ofrece un detalle de subas mensuales por principales productos. Los mayores aumentos dentro de bienes de consumo masivo se anotaron en arroz blanco, con el 2,4 por ciento; leche entera en sachet, 2,1 por ciento; manteca, 3 por ciento; azúcar, 3,8 por ciento; sal, 4,3; y café, 2,5. Además, hubo fuertes subas en frutas y verduras, en algún caso relacionado a un comportamiento estacional. Sobresale entre dichos incrementos el 32,2 por ciento del limón, 11,1 por ciento de la manzana y el 17,8 por ciento de la lechuga. Entre los productos de limpieza, se destacó el alza del 3,3 por ciento en jabón en polvo, 2,4 en champú y 1,5 en desodorantes.   

Analizando la evolución por rubros del índice de precios minoristas, la suba del 1,9 por ciento de alimentos y bebidas se explicó principalmente por el alza de las frutas (3,4 por ciento), bebidas no alcohólicas (7 por ciento) y bebidas alcohólicas (5,7). El bloque subió por encima del promedio del índice de precios general y continúa afectando fuertemente a los sectores de ingresos fijos de la población, puesto que estos segmentos asalariados destinan una gran parte de su presupuesto mensual a gastos de comida y bebida. Este año, la inflación afectó en mayor medida a los deciles de menores ingresos, según estudios del Instituto de Estadísticas de los Trabajadores de la Umet, en donde participan en forma conjunta la CGT y la CTA.

El bloque Equipamiento y mantenimiento del hogar registró un avance de 2,6 por ciento. Gastos para salud, en tanto, observó un incremento del 1,6 por ciento, con una suba en particular del 1,7 por ciento en productos medicinales y accesorios terapéuticos.

Indumentaria, como rubro, aumentó por debajo del promedio: 1,2 por ciento. En el detalle se precisó que la ropa exterior subió 1,2 por ciento y el calzado lo hizo 1,6 por ciento. El bloque Educación marcó un moderado aumento del 0,8 por ciento, aunque con un pico en textos escolares que aumentaron un 2 por ciento en el mes. En Esparcimiento se registró un alza del 0,7 por ciento, con un avance del 0,4 por ciento en diarios y revistas, y un retroceso de 0,9 por ciento en el segmento de turismo. Por su comportamiento estacional, este último segmento suele tener en diciembre el comportamiento más alcista del año. En cuanto a Vivienda y servicios básicos, se registró un aumento del 1,5 por ciento, al tiempo que en Transporte y comunicaciones la suba fue del 1,4 por ciento.

El Gobierno, pese a su insistencia en que la inflación es un fenómeno monetario y que alcanza con poner altas tasas de interés para frenarla, no logró domesticar los precios en su primer año de gestión. Por el apagón estadístico que el Indec mantuvo hasta abril, es imposible tener la serie completa y hacer la comparación con los precios de hace un año. Pero la dirección de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires marcó, a noviembre, una suba interanual del 44,8 por ciento interanual, el nivel más elevado de los últimos 25 años.