Domingo de verano porteño. Calor pesado. Poca gente en las calles y un lugar para estar. En una variopinta programación, Ciudad Cultural Konex ofrece alternativas. Música en la Oscuridad, por ejemplo: una guía entrega una batería con luz a cada asistente “por si alguno se llega a sentir mal”, y hace ingresar al cuarto oscuro grupos de cinco o seis personas. La cosa no es votar sino escuchar, sin que medie una luz, A night at the Opera, el disco que Queen publicó en 1975. Pasan “Death on two legs”, “Lazing on a Sunday afternoon”, “You’re my best friend”, hasta llegar a dos clásicos: “Love of my life” y “Bohemian Rhapsody”. Fin y promesa de vuelta para los domingos y miércoles de enero que restan. Parte del público opta por el bar. Y otra sube la escalera para un enganchado entre Queen y Pink Floyd. 

Lo de Floyd es “Láser Experiencie”, espectáculo que mezcla rayos láser, sonidos envolventes, luces y video, en un entramado sensorial que proyecta la imaginación a la Cambridge de los ‘70. Y se pliega a temas como “Shine on you crazy diamond”, haces de luz que pegan en rostros y cuerpos, formando techos, paredes y alfombras lumínicas; “The Great Gig in the Sky”, ese gran vuelo con estrellas incluidas; y “Run Like Hell”, final de una experiencia que seguirá en febrero. Retazos de un verano konéxico que se extenderá hasta el 31 de marzo: habrá circo, teatro, espectáculos para chicos y shows como Cuarteto de Nos, el sábado 27; los lunes de La Bomba de Tiempo, Dancing Mood (8 y 22 de febrero); Fandermole-Quintero (11 de febrero); el Festipez (17 de febrero); Raly Barrionuevo (18); La Delio Valdez (24). Y un final joyita con Pascoal, el sábado final a las 19. “Me siento muy cómodo en la Argentina. Es un pueblo maravilloso, sensacional (...) existen algunas diferencias en la musicalidad, pero somos muy semejantes”, dijo el multiinstrumentista de 81 años a Palito, bombón, verano, la revista del evento.