La candidatura oficial de Puigdemont a la investidura se conoce un mes después de las elecciones en Cataluña, convocadas por Madrid en el marco de una serie de medidas para frenar sus planes de para desconectar la región del resto del país, entre ellas la destitución del gobierno regional. Los partidos independentistas obtuvieron de nuevo mayoría absoluta. Puigdemont quiere ahora recuperar su cargo, pero el hecho de que haya una orden de detención contra él en España le impide regresar al país para enfrentarse a una investidura en el Parlamento catalán. Su partido, Junts per Catalunya, pide que la investidura se celebre de forma telemática o delegada pese a que los letrados del Parlamento se posicionaron en contra de esta opción, que no está contemplada en el reglamento de la Cámara catalana. El gobierno central de Rajoy advirtió ya en varias ocasiones de que no lo permitirá y recurrirá cualquier paso que se dé en este sentido ante el Tribunal Constitucional. Ayer, el portavoz del Ejecutivo, Iñigo Méndez de Vigo, recordó que solo es posible una investidura con un candidato “que esté presente”.