La policía allanó ayer la casa de José María Scrocchi, el hombre que baleó el domingo a Roberto Daniel Cavana en la puerta de un supermercado en Quilmes, y secuestró un proyectil de mortero, una granada de mano, municiones y cargadores de ametralladora, entre otras armas, según indicaron fuentes policiales. La víctima, que recibió seis balazos y dos puñaladas, se encuentra en estado crítico en el Hospital Iriarte de esa localidad bonaerense, y, según indicó su hijo, no pudo ser internado en terapia intensiva porque los ascensores del hospital no funcionaban. Scrocchi, en tanto, está detenido desde el día del ataque, acusado de tentativa de homicidio y portación ilegal de armas de fuego. 

Fuentes judiciales señalaron que el fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de Quilmes, Martín Conde, fue quien ordenó ayer el allanamiento de urgencia en la casa del imputado, un jubilado de 72 años, ubicada en el cruce de las calles Lavalle y Olavarría, en pleno centro comercial de Quilmes y a una cuadra del supermercado Carrefour en donde ocurrió el ataque. En el operativo, los policías secuestraron dos cargadores de ametralladora Uzi, siete municiones calibre 7,62 en cadena de engarce, una granada de mano sin espoleta ni sistema de iniciación, un proyectil de mortero Italaza de práctica y una caja con 48 cartuchos calibre 22 largo. Luego del hallazgo, los policías convocaron a peritos en explosivos, quienes fueron los encargados de trasladar el cartucho de mortero para destruirlo. 

El abogado de Scrocchi, Gustavo Trimachi, afirmó que las municiones antiaéreas encontradas “tienen cuarenta años y están en desuso, al igual que los cargadores”. “Sólo en un cofre tenía guardado algo similar a un mortero”, explicó, y apuntó que “no se secuestró documentación alguna”, relacionada al revólver calibre 38 secuestrado en el lugar del ataque, que estaba tirado en el suelo rodeado de varias vainas y un cuchillo, junto a la víctima, de 57 años y también jubilado. “En principio, no tiene portación para esa ni para alguna otra arma por su endeble estado de salud”, sostuvo Trimachi.

El abogado indicó que el imputado “no tiene familia, vive en condiciones paupérrimas y creo que la depresión y la falta de tratamiento idóneo a lo largo del tiempo lo han llevado a padecer una serie de patologías. No sólo enfermedades como la diabetes, sino otras de corte psiquiátrico”. Luego precisó que Scrocchi “se divorció hace treinta o cuarenta años, cayó en una profunda depresión y se recluyó” en su casa, de modo que durante los últimos años vivía “prácticamente como un ermitaño”. Según relató el abogado, el imputado solía “recorrer las calles del barrio con su perro” y aclaró que “es muy querido en el barrio”. “Su estado físico estaba deteriorándose últimamente cada vez más. No se encuentra orientado en tiempo y espacio”, explicó el abogado. Trimachi recordó que su defendido está detenido e imputado por “tentativa de homicidio y portación ilegal de arma de guerra”. 

El abogado dijo, además, que Scrocchi “no registra un solo antecedente” penal, y contó que “hace treinta años resultaba legítimo usuario y portador de distintas armas de fuego”, sumado a que “era una persona que con asiduidad frecuentaba el club de tiro de Quilmes”. Una vecina del imputado, de nombre Celeste, contó ayer que ella no conocía al acusado pero que solía cruzarlo en la calle cada vez que salía a pasear al perro. “El vive con su perro en la vereda. Tiene un Pitbull que rescató de la calle. Se lo ve como una persona sociable, que conversa con todos los vecinos, por eso, esto nos sorprendió a todos”, relató. Por su parte, fuentes policiales que participan de la investigación, detallaron que Scrocchi es jubilado, vivía sólo en la casa allanada, tiene dos hijos mayores de edad que viven fuera del país y que su principal ingreso económico lo obtiene del alquiler de locales que posee en la localidad bonaerense de Florencio Varela. 

Según los investigadores, el domingo a la mañana Cavana había discutido dentro del supermercado con Scrocchi; éste lo amenazó y le dijo que “lo iba a agarrar afuera”. Minutos después, Cavana ya se encontraba en la vereda cuando volvió a cruzarse con el ahora imputado, que le disparó seis veces y lo apuñaló dos. Alertados por un vecino, policías de la comisaría primera de Quilmes llegaron al lugar y encontraron a la víctima tendida en el suelo, junto con el revolver y el cuchillo. Luego de un rastrillaje por la zona, tres horas después del ataque los policías encontraron y detuvieron a Scrocchi, quien quedó a disposición de la UFI 3 de Quilmes. La víctima, en tanto, fue trasladada en una ambulancia del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) al Hospital Iriarte de Quilmes, en donde ingresó “con pérdida de sangre” y con “daños intestinales”, según indicaron entonces fuentes del sanatorio. Ese mismo día lo intervinieron quirúrgicamente. 

Ayer, Cavana permanecía internado con “pronóstico reservado” y “respiración mecánica”, según indicó el director del hospital, Juan Manuel Fragomeno. El médico dijo que no se lo había derivado a terapia intensiva porque intentaba controlar la presión arterial en el “shock room” para “atención de pacientes críticos”. Sin embargo, el hijo de la víctima, Walter Cavana, denunció que su padre se encontraba “en una especie de terapia intermedia”, debido a que no podían trasladarlo a terapia intensiva porque el ascensor estaba fuera de servicio. “Mi papá necesita la terapia intensiva y en el hospital se rompió el ascensor; los bomberos no fueron a colaborar y no fue nadie a arreglar el ascensor. Por eso no lo pueden llevar a terapia intensiva. Necesitamos que colaboren para que lo puedan derivar”, apuntó. 

“Mi papá está delicado, le tuvieron que cortar el hígado, tuvo hemorragia interna. Según me dijeron los médicos, recibió seis impactos de bala, cuatro en el abdomen y dos en las piernas, más dos heridas de arma blanca en la espalda”, aseguró el hijo de la víctima. Además, contó que a su padre “lo salvó un vecino que le sacó al agresor el arma de fuego y otro chico que le sacó el cuchillo”. “Fue una locura, una discusión no puede llevar a esta agresión, a esta locura. Este hombre estaba dispuesto a todo”, agregó.

Las armas usadas por Scrocchi durante el ataque.