Algunos pegan un sobresalto cuando los chicos hacen retumbar sus instrumentos musicales en la tarde de las instalaciones del CMD Centro Antonio Berni. Bailarinas y bailarines felices, entre plumas y colores de comparsa. Se los nota con unas ganas bárbaras, porque es éste el momento para el que tanto han trabajado. Es tiempo de carnaval. Y la Municipalidad de Rosario ha devuelto a la ciudad la gloria de esta festividad, de ritualidad y relevancia política. Porque el carnaval, con todas las letras y que quede claro, es un fenómeno público. Así que las calles, por estos días, estarán pobladas y teñidas de murgas y comparsas (ver recuadro).

"Yo creo que hay que tener en cuenta cómo se fue armando este carnaval. Así como Rosario tiene mucha historia de carnaval, hay que tener en cuenta, particularmente, que este formato comenzó a formarse en el 2001. No es casual que nosotros, como municipio, hayamos elegido esta forma de celebrar el carnaval y este modo de trabajarlo", explica a Rosario/12 el Secretario de Cultura y Educación, Guillermo Ríos.

"En aquel momento, fueron convocados algunos grupos, se fueron armando las primeras comparsas, y se fue perfilando lo que hoy es este desarrollo que hacemos durante todo el año. En ese sentido, entendemos al carnaval como un proceso, un proceso creativo, cultural, artístico, pero fundamentalmente lo consideramos un proceso social. Un proceso donde también hay mucho de autogestión, en donde las familias, los grupos, los amigos, se van encontrando en distintos lugares, en patios de casas, garages, en plazas, parques, y se van organizando y armando su propuesta, su narrativa; porque las comparsas tienen esto también: van contando una historia. Y en este desarrollo, el estado tiene la responsabilidad y particularidad de acompañar técnicamente, concretamente con algunos andamiajes que los ayuden a crecer; en este caso a través de talleres de percusión, clases de danza, de gimnasia, de maquillaje, vestuario. El año pasado ofrecimos cursos que tenían que ver con la autogestión a nivel productivo, con cómo constituirse en una asociación, y cómo de alguna manera vincularse con las celebraciones de carnaval de otras provincias para ser contratados. Esto implica todo un trabajo que el estado viene acompañando desde hace mucho tiempo".

Andres Macera
Guillermo Ríos cree que "no es casual" la apuesta municipal.

Por su parte, la Secretaria de Desarrollo Social, Laura Capilla, entiende que "es importante la organización que la sociedad civil manifiesta en los barrios, porque genera un proceso de integración y contención social a lo largo de todo el año. En este sentido, el carnaval es una línea que los estructura y permite ir generando distintas instancias de trabajo, con la familia pero también y prioritariamente con los jóvenes. Por otro lado, me parece interesante el uso del espacio público, un uso hecho desde la alegría. Usar el espacio público significa hacernos escuchar, y eso hace también a la construcción política, en un momento en donde el espacio público está siendo coartado. En el carnaval todo vuelve a cobrar un sentido sumamente significativo y político, y desde el proyecto político del que nosotros somos parte, entendemos que hay que apostar ahora más que nunca a esta instancia de ocupación del espacio público, de la expresión de las poblaciones más vulnerables, y sobre todo de las juventudes".

‑En esta trayectoria de trabajo, ¿qué demandas sociales pueden reconocer?

Ríos: ‑Creo que en este momento hay una demanda fundamental, que es la construcción de un nosotros. Hay una fuerza simbólica en el trabajo colectivo que es incomparable. Estamos viviendo un momento ‑que no es solo argentino, sino una tendencia internacional‑ tendiente a la meritocracia, al individualismo, a la competencia; nosotros apostamos a la construcción de lo colectivo. Esto lo visualizamos en cada una de las acciones que llevamos adelante y particularmente en la celebración del carnaval. Por eso es una tarea que se toma desde el gabinete social del municipio, donde tenemos muchas miradas. Lo productivo tiene que ver con eso, con una producción simbólica, una producción de lo colectivo; en otras palabras, es la apuesta a un proyecto colectivo de trabajo. Y quiero remarcar la palabra trabajo, porque es un trabajo que va en otra dimensión, donde se juega lo personal pero también lo identitario.

Capilla: ‑Tal como dice Guillermo, me parece que la construcción del nosotros es clave en los contextos en que estamos viviendo, y ese nosotros se construye en cada uno de los barrios de la ciudad. El trabajo a lo largo de todo el año, con las organizaciones e instituciones que existen en la ciudad, y que son muchas, está orientado a ese proceso, a la integración social y la construcción de un nosotros.

Ríos: ‑Esto no sería posible sin el compromiso de los equipos municipales. En un momento donde el empleo público, el empleado y la empleada públicos, son puestos en cuestión, nosotros podemos hacer cultura, podemos construir socialmente y tener manifestaciones artísticas, en donde los trabajadores públicos de los equipos de las distintas secretarías ponen el cuerpo, y llegan hasta el último rincón de la ciudad para encontrar todo este tipo de manifestaciones para sostener a lo largo del año un espacio. Todas las celebraciones que hacemos durante enero, febrero, en momentos en donde muchos a lo mejor tienen sus vacaciones o tienen una pausa en su vida laboral, son gracias a los equipos que están trabajando en el espacio público, con las instituciones, haciendo lazos con las distintas organizaciones y con los diferentes actores.