Nuevos bombardeos azotaron ayer, por quinto día consecutivo, el principal enclave rebelde a las afueras de Damasco, la capital siria, al término de una semana que comenzó con un pedido de la ONU de una tregua humanitaria para socorrer a las víctimas pero que, en cambio, finaliza con casi 230 muertos en Ghouta Oriental. El jueves, la aviación estadounidense había atacado a fuerzas pro gubernamentales. 

Desde el lunes último, aviones cazas presuntamente sirios y rusos han atacado intensamente el bastión insurgente al este de Damasco, y ayer varias poblaciones de la zona fueron blanco de bombardeos y de ataques de artillería que causaron otros seis muertos, informó una El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG afín a la oposición.

El jueves, la aviación de Estados Unidos atacó a fuerzas pro gubernamentales sirias porque habían iniciado una aparente ofensiva coordinada contra milicias opositoras que actúan acompañadas por asesores militares norteamericanos en el noreste de Siria. El ataque, que mató a 100 combatientes, según un vocero militar estadounidense, disparó la condena del gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad y de, su aliado, Rusia. 

De acuerdo al Observatorio, en los últimos cinco días al menos 229 personas murieron y más de 700 resultaron heridas en Ghouta Oriental, sitiada por las fuerzas gubernamentales sirias y bajo control parcial de facciones islamistas radicales desde 2013. 

Luego de que la intervención rusa lanzada en 2015 ayudara a inclinar la balanza del lado del gobierno de Al Assad, los insurgentes quedaron mayormente circunscritos a Ghouta Oriental y a la norteña provincia de Idlib, donde está en curso una ofensiva sirio-rusa contra rebeldes de la red islamista radical Al Qaeda.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) explicó que en los últimos días más de 15.000 personas huyeron de la violencia en Duma, la mayor localidad de la región, y resaltaron que desde hace dos meses que ningún convoy de ayuda humanitaria puede acceder a Ghouta Oriental, donde se encuentran unas 400.000 personas incomunicadas y habitando albergues improvisados en medio de una escasez aguda de alimentos y suministros médicos producto del bloqueo.

El martes pasado, la ONU pidió, sin resultados ,el cese inmediato de las hostilidades durante al menos un mes en toda Siria para poder entregar ayuda humanitaria y suministrar servicios, evacuar a los enfermos graves y heridos y aliviar el sufrimiento de los sirios en la medida de lo posible.

La devastadora guerra entre grupos insurgentes y el gobierno sirio que lleva casi siete años dejó ya un saldo de unos 400.000 muertos y unos 12 millones de desplazados internos y refugiados.