Desde Pyeongchang

Por más que ningún integrante de la familia Simari Birkner estará compitiendo en los Juegos Olímpicos de invierno, la tradición argentina de tener hermanos participando en las pruebas de esquí alpino continuará en Pyeongchang con Nicol y Sebastiano Gastaldi.

Desde Salt Lake 2002 hasta ahora, el apellido Simari Birkner siempre había estado representado en las delegaciones albicelestes y, en varias ocasiones, envuelto en polémicas. La tradición comenzó en los Juegos estadounidenses, cuando Cristian, Macarena y María Belén Simari Birkner tuvieron su primera experiencia olímpica. Los tres repitieron en Turín 2006 y en Vancouver 2010, hasta que María Belén no fue tenida en cuenta para Sochi 2014 y sólo fueron sus dos hermanos. 

Ese caso motivó, incluso, una presentación ante la Corte Arbitral del Deporte (CAS), ya que Simari Birkner consideró que la Federación Argentina de Esquí la estaba discriminando. El tribunal suizo dijo que no tenía jurisdicción para dictaminar, por lo que su apelación fue rechazada.

Ya sin la tradicional familia porque Cristian se encuentra lesionado y Macarena no obtuvo su boleto, el turno ahora es para los Gastaldi. 

“Es un sueño competir en unos Juegos Olímpicos y que esté mi hermano lo hace más especial todavía”, le dijo Nicol Gastaldi a dpa, casi con lágrimas de la emoción. “Es una sensación muy fuerte”, añadió la esquiadora, que será la primera en debutar, ya que el lunes competirá en el slalom gigante junto a estrellas como la estadounidense Mikaela Shiffrin, la alemana Viktoria Rebensburg y la francesa Tessa Worley.

“De chicos yo la admiraba mucho, porque era mi hermana más grande y casi siempre ganaba. Así que es un lujo poder estar con ella acá”, añadio el menor de los hermanos. “Los dos trabajamos mucho y estamos contentos de habernos clasificado”, completó el abanderado de la delegación albiceleste durante la ceremonia inaugural. 

Nacidos en Italia pero radicados desde pequeños en Bariloche, al pie de la Cordillera de Los Andes, ambos hermanos ya tienen una experiencia olímpica, aunque no habían coincidido: mientras Nicol, que durante los Juegos cumplirá 28 años, compitió en Vancouver 2010, Sebastiano, de 26, lo hizo en Sochi 2014.

Para el estreno en el Yongpyong Alpine Centre, Nicol tendrá un hincha especial, recién llegado de Argentina: su padre Julio, a quien los hermanos le pagaron el pasaje para que pudiera estar en Pyeongchang. “El ‘viejo’ se lo merece”, remarcó Sebastiano. “Si nosotros estamos acá es por él. Hizo un gran esfuerzo y siempre nos bancó (nos apoyó) en todo”.

Casado con una italiana, Julio Gastaldi se desempeñaba como instructor de esquí al momento de nacer los hermanos y alternaba las temporadas invernales entre Italia y Argentina. “Cuando empezamos el colegio, ya nos radicamos en Bariloche, aunque volvíamos mucho a Italia para visitar y porque mi papá trabajaba allá”, contó Sebastiano, que recién debutará el domingo 18 cuando se lleve a cabo el slalom gigante. Cuatro días después competirá en slalom.

La pasión del padre se trasladó a los hijos, que casi que se calzaron los esquís desde que comenzaron a caminar. “Los tengo puestos desde que tengo tres, son muchos años”, recordó Nicol. Su hermano, incluso antes: con dos años ya los usaba y a los seis comenzó a competir. 

Pese a que Argentina tiene muchos centros de esquí a lo largo de Los Andes, esa infraestructura y potencialidad no se condice con el nivel y la cantidad de esquiadores. “Es un deporte muy caro y no hay una cultura de esquí. La gente lo toma como un hobby y no como un deporte”, argumentó la hermana mayor, que considera que el cambio cultural recién ocurrirá cuando aparezca alguien que pueda lograr un fenómeno popular como lo que hizo Guillermo Vilas con el tenis. “Todavía falta para que tengamos un Vilas, pero espero que en el futuro lo tengamos”, se esperanzó Gastaldi. Mientras tanto, el esquí alpino en Argentina sigue siendo un tema de familia.