El desastre ecológico que manifiesta tanto en la provincia de Salta con el desborde del río Pilcomayo en la zona de Villa Victoria; afectando a casi 8000 personas es la consecuencia directa de la deforestación.

La lógica expansiva del modelo extractivista avanza de manera devastadora.

Por otra parte; la aparición de peces muertos como efecto directo de sustancias contaminantes de cursos de agua en las provincias de Corrientes; Chaco y Santa Fe es otra evidencia de la complicidad estatal con capitalistas a los que solo les importan sus dividendos.

Los testimonios orales son elocuentes. Las imágenes confirman estos llamados de alertan. Aguas envenenadas y especies ictícolas tales como patíes; rayas; morenas peyerres y otras diezmadas por los agrotóxicos. La inundación producida por las intensas lluvias de las recientes jornadas trasladó los fluídos letales a ríos y arroyos. Un verdadero desastre ecológico.

Una catástrofe ambiental de clara raíz socio económica y socio política.

La indiferencia ante estos hechos es una actitud suicida. La necesaria toma de conciencia acerca del ecocidio en ciernes nos orienta indiscutiblemente hacia la lucha contra el sistema predador de la vida en sus diversas manifestaciones: el capitalismo.

 

* Miembro de la APDH