Aún hay más oscuridad para el presente de Newell's. La sucesión de derrotas, la impaciencia de los hinchas, la situación más que incómoda del entrenador Juan Manuel Llop, el juego abúlico del equipo, el desorden institucional, la fragilidad financiera. El rojinegro atraviesa una crisis muy dura, el club es un descalabro y las respuestas no aparecen cercanas. Luego de la derrota ante Colón en el Parque Independencia, el plantel volverá hoy a las prácticas en Bella Vista. En el horizonte se viene San Lorenzo, uno de los que le pelea el certamen a Boca.

En la cornisa está Llop. La idolatría ya no lo sostiene en el puesto y una gran mayoría de los hinchas pide su renuncia. El entrenador no le encuentra la vuelta al equipo, que juega realmente cada vez peor. Los jugadores no dan respuestas a la idea del Chocho. Aunque también es justo decir que el plantel leproso es limitado en cantidad y calidad, muchísimo menor a la que dispuso el ex entrenador Diego Osella, grupo con el cual llevó a la lepra a la Copa Sudamericana. La dirigencia ya le soltó la mano a Llop, pero como contó este diario ayer no hay dinero suficiente para costear una indemnización, así que aguardan a que el técnico solo, sin que nadie se lo pida, pegue el portazo.

Y así mientras las malas se van acumulando sin cesar, el rojinegro empieza a mirar de reojo la tabla negra de los descensos. Se encuentra en la posición 19 y bajarán a la B Nacional cuatro equipos. Está a 23 unidades del último ubicado en esa zona, tiene aire suficiente como para zafar en esta edición de la Superliga. Pero no puede seguir perdiendo unidades, porque lo sufrirá y mucho en el segundo semestre del 2018.