Durante todo el día de ayer, el aeródromo de Londres permaneció cerrado y todos sus vuelos fueron cancelados luego de que fuera hallada una bomba de la Segunda Guerra Mundial, en una zona cercana al río Támesis. La medida afectó a alrededor de 16.000 pasajeros, a quienes el jefe del aeropuerto pidió disculpas por “causar inconvenientes”. La policía, por su parte, delimitó una zona de exclusión de 214 metros, que afectó a quienes viven en las cercanías. Fuentes de la Marina Real informaron que los expertos de la fuerza detonarán el artefacto hoy, en una explosión controlada en el fondo del río, que a esa altura es una de las zonas menos pobladas de la capital inglesa. La bomba, estimaron los expertos, ronda los 500 kilos de peso, por lo cual su explosión puede generar un movimiento acuático fácilmente observable desde tierra.