“En su primer día de instrucción, a mi hermano lo mataron. Lo torturaron como en la dictadura”, lamentó Roque Garay, hermano de Emanuel, el cadete de la Policía de La Rioja que falleció tras sufrir un cuadro de deshidratación aguda grave por el severo entrenamiento físico al que fue sometido en la Escuela de Policía. “Les aplicaron el famoso ‘baile’, que es sinónimo de tortura”, denunció Roque y subrayó que otros 17 cadetes sufrieron los mismos síntomas que su hermano, y que algunos de ellos aún luchan por su vida.

Entre los que luchan por su vida, precisamente, se encuentra Luis Oropel, trasladado a un sanatorio de mayor complejidad de la ciudad de Córdoba, donde fue internado en la unidad de terapia intensiva en estado delicado. Ingresó con un cuadro grave de deshidratación e insuficiencia renal.

Lucía, hermana de Oropel (25), señaló a la prensa que “sigue con diálisis” y que su familia espera que “comience a recuperar la función renal, que es lo que de momento permanece paralizado”.

Según su testimonio, el cadete fue sometido a “nueve horas de entrenamiento físico muy duro y bajo altas temperaturas que hubo ese día, pero más allá de eso (los instructores) han tenido la crueldad de no darle a los chicos ningún tipo de hidratación”.

La joven precisó que su hermano sufrió una “deshidratación severa, y como todos los chicos tenían todos los músculos rotos debido al excesivo trabajo físico que tuvieron y eso ha liberado toxinas que se les pegaron en los riñones, los ha paralizado y dejaron de funcionar”. Indicó que su hermano tiene también “lastimaduras en los codos y las rodillas, en las manos y tiene toda lastimada la espalda y moretones”.