“¡Eh! ¡Tucán, vení! ¡Che, Tucán!”, lo llaman, pero Tucán no da bola. Caerá recién para las fotos, con una sonrisa enorme y la confianza en las palabras de su compañero de formación Pil Trafa, y sus colegas de la Orquesta Típica Fernández Fierro Yuri Venturín (compositor y director) y Julieta Laso (cantante). Son ellos tres los que hablan con PáginaI12 al terminar un ensayo en la previa del show conjunto que ofrecerán este sábado a las 21 en el teatro Xirgu Espacio Untref (Chacabuco 875). Será una velada en la que –anticipan– los grupos se mezclarán mucho más de lo que tocarán por separado. Interpretarán los temas del otro, sumarán cuerdas a Pilsen (el proyecto post-Violadores de Pil Trafa y Tucán), rockeará la Fierro, intercambiarán cantantes y demostrarán una vez más, dos años después de su primer recital en conjunto, que el tango y el punk no están tan lejos como podría pensarse. “Y esta vez el repertorio juntos es mucho más grande”, advierte Laso. El pionero del punk promete incluso “algún tema de V8”.

El recital de este sábado oficiará de apertura para un ciclo mensual en el que la Fernández Fierro tocará en el Xirgu Espacio Untref, donde la típica tanguera irá uniendo caminos con otras figuras del campo musical, como el trovador Palo Pandolfo junto a La hermandad, o el grupo musical-plástico-performático SemiDawi. Además, la Orquesta ya retomó su tradicional ciclo de los miércoles en su propio espacio (el Club Atlético Fernández Fierro, en Sánchez de Bustamante 772), donde ya anticipa temas de su próximo disco: Ahora y siempre, del que sus integrantes también comentarán algunas cosas en el transcurso de la charla.

La colaboración comenzó hace algún tiempo, cuando Pilsen estaba preparando un disco y necesitaba un arreglo de cuerdas para uno de los temas. La potencia de la Fernández Fierro hizo natural el acercamiento, que continuó luego en visitas a los recitales del otro, que a su vez devinieron en renovadas ganas de colaborar. “En un momento nos habían invitado a tocar al Teatro Colón, pero tenía que ser con un invitado de nombre y propusimos a Los Violadores”, recuerda Venturín. “Nos dijeron que no, que la orquesta ya era suficientemente rara para el espacio como para sumarlos a ellos”. Después apareció el Xirgu, donde repetirán una experiencia que, aseguran, extrañaban. “Además de la admiración mutua, hay buena onda y compartimos momentos que no son solamente arriba del escenario”, explica el contrabajista. La histórica voz de Los Violadores, en tanto, señala que es la clase de conciertos que lo hacen “sentir bien por mucho tiempo”.

Julieta Laso: –Para mí hay algo natural en este encuentro. Me parece que la Fierro está más cerca de una banda punk que de compartir fecha con una orquesta de tango tradicional. Y cada vez es más así. El último disco para mí es más aguerrido, más rabioso. Más punk, si se quiere.

Laso comenta sobre la placa que el grupo ya grabó en estudios ION y que verá la luz oficialmente en un par de meses. “En lo que he escuchado hay una muy buena bajada de línea”, opina Pil y de esa conjunción de ideas Laso advierte lo natural del encuentro entre ambos.

–Ultimamente se advierte un gran acercamiento entre el tango y el punk, con varias orquestas y bandas juntándose. ¿Qué está pasando?

Pil: –Son géneros que nacieron de erupciones. El tango de arrabal, una casa acá, otra allá. Ambas músicas fueron mal vistas en su momento. El punk se fagocitó rápido, se lo comió muy rápido la moda. Al tango lo derrocó al final El club del clan, la música medio estúpida. Entre el folklore en los ‘50 y la nueva ola argentina de los ‘60, el tango no supo aggiornarse, pero todo el tango canción de los ‘40 fue glorioso.

–¿Y ahora?

Yuri Venturín: –Hace muchos años que nosotros venimos tratando de dearrollar en la orquesta una serie de elementos tangueros que son también comunes a cierta clase de rock. Porque convengamos que tanto los conceptos de tango como de rock son muy amplios, ¿no? Están Pink Floyd y los Sex Pistols, y en el tango pasan cosas similares. Nosotros hace muchos años venimos tratando de desarrollar los elementos que más nos interesan, que son los eminentemente rítmicos. Que son del tango, pero también son cosas comunes en el rock. Entonces, la orquesta tiene una estética que hace que, cuando aborda algo como Los Violadores, el resultado no sea una caricatura sino algo bastante natural, podríamos decir. Bueno, “natural” no me gusta porque no es un producto de la naturaleza, pero sí suena lógico o similar a lo que la orquesta hace habitualmente. Eso hace que esta unión tan profunda que se da en estos shows sea bastante satisfactoria. Uno toca y no está de repente forzándolo ni dándole la espalda a su estética habitual. Funciona muy bien porque es algo que viene madurando hace muchos años.

–Hace quince o veinte años no hubieran pensado en un encuentro entre estos dos géneros. ¿Qué está pasando ahora para que sí sea posible?

Y. V.: –Bueno, ¡hace veinte años no existía la Fernández Fierro! Hace quince existía pero todavía no había desarrollado una estética que hiciera posible que esto no suene a un sketch cómico o una parodia. Y no es una parodia cuando abordamos un tema de Los Violadores.

Pil: –Ahí tenés algo importante, no es “1,2,3 Ultraviolento” como tango boutique, está bien armado. Es complejo, pero es una fusión no forzada. Y está bueno que un tema de Pilsen se pueda hacer de esta forma también, ¿no? Estamos trabajando con cuerdas, como un sexteto de cámara.

J. L.: –Quizás a nosotros nos resultaría más forzado compartir fecha con una orquesta típica tradicional.

Pil: –Hace quince años no pensaba en esto porque estaba metido en tres acordes y no me movía de eso, aunque siempre escuché todo tipo de música, y tango desde siempre. Me gusta mucho el tango de D’Arienzo, bien acelerado; puedo pasarme horas y horas con el tango-canción de Gardel. Pero eso es tango-canción, es otra cosa. Canaro, por ahí. Fresedo... Hay gente pesada. Piazzolla es otra concepción del tango, pero también.

–En los videos de la época se ve a D’Arienzo dirigiendo la orquesta y era una aplanadora.

Pil: –¡Era un Ramone! Un tango acelerado.

–Antes decía que hay una “buena bajada de línea” en el próximo disco de la Fernández Fierro. ¿El tango y el punk están compartiendo temas en su poética?

Pil: –Es que hay un derredor que nos une, algo que nos moviliza a todos. Tenemos que dar una batalla cultural de ahora en más. Esto es lo que yo siento, que hay que dar una batalla cultural e ideológica para que esta gente que está en el poder ya no esté más. Esto es algo con lo que puede no estar de acuerdo todo el mundo, pero entiendo eso también en el disco nuevo que hago de Pilsen. Voy contra la corriente, toda mi vida fue así.

J. L: –Por ahí aunque los géneros se acerquen o no hay algo que va más allá. El género es una herramienta para otra cosa.

La posición musical-política de la Fernández Fierro es clara y el título del próximo disco no deja lugar a dudas: Ahora y siempre, en alusión al histórico grito de lucha por los derechos humanos y recordatorio de los detenidos-desaparecidos por la última dictadura cívico-militar. En esta nueva placa, la Orquesta avanza con temas propios –algunos ya vienen sonando en vivo hace rato, como “Demolición”-, el que da nombre al disco (compuesto por el Ministro), aportes del pianista de la orquesta y también de coetáneos del grupo, como Cintia Trigo (la versión de “6.25” que hace la OTFF es impresionante), el Lele Angeli (“Subrealidad” y “Otoño”), o Tabaré Cardozo (“Brujos y científicos”).

Ahora y siempre trabaja muchísimo más musicalmente en la distorsión de casi todos sus instrumentos y hasta la voz (que además tiene algo de reverb). El único sonido que llegó “bastante limpio” a la mezcla fue el piano, según explicaron el grupo y su ingeniero de sonido en una escucha privada para la prensa a fines de 2017. Así, la orquesta profundiza el trabajo que ya había comenzado en Tan idiotas como siempre. Aquí, hasta los fueyes tienen un grado de distorsión, fruto de pasarlos por los amplificadores de guitarra eléctrica y pedales. Pero, sobre todo, producto de pensar las composiciones a partir del sonido en vivo. Porque sí, el acústico es hermoso, pero sobre el escenario es inevitable poner un micrófono y empezar a alterar los sonidos. El método de trabajo de la orquesta, de ir incorporando temas a su repertorio a medida que los componen y bastante después grabar también lleva a ese resultado.

–Ustedes arrancan ahora a presentar Ahora y siempre, aunque ya vienen anticipando temas. ¿Cómo fue la génesis de este nuevo disco?

Y. V.: –Siempre escribimos música nueva, y una vez que se ensaya y suena bien, ingresa al repertorio y se toca en vivo. Y la música con más tiempo o que quizás estéticamente queda en el margen de lo que queremos abordar va quedando de lado. El repertorio se va renovando como el agua del lago: lenta pero continuamente. Y siempre tenemos la inquietud de buscar, explorar en el lenguaje hacia cosas que quizá no son tan habituales o que la propia insatisfacción que nos trajo hasta aquí no sé hasta dónde llevará. Vamos a ver hasta cuándo dura la cuestión ideológicca que hace que no nos quedemos en un lugar cómodo. Como fue siempre: el punto de partida de la Fernández Fierro fue el sonido de la orquesta de Pugliese y hace rato que dejó de serlo. Pero justamente por seguir un poco la ideología de Pugliese, que era siempre ir más allá.

–A Pugliese también lo mencionaron en ION, por su “yumba” y su golpe seco en el marcatto, e hicieron mucho hincapié en el trabajo con la distorsión. ¿Por qué profundizar ahí?

Y. V.: –Porque tanto el audio como las composiciones van creando una misma cosa. La música no termina cuando uno la imagina, ni cuando la pone en papel, ni cuando sale del instrumento, sino que va por todo un proceso que hace al todo de la estética. De repente, la música necesita –o queremos que tenga– una aspereza más pronunciada.  Eso lo estamos logrando con el uso de distintas distorsiones.

J. L.: –Entiendo que este disco, además de lo aguerrido, en cada show semanal va tomando más actualidad, lamentablemente. Cada vez habla más de lo que pasa.