El juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Raúl Zaffaroni reiteró que sus cuestionamientos al rumbo del gobierno nacional “no buscan una situación crítica” ni que “se vaya a producir un golpe de Estado”, y puntualizó que “lo único que puede desestabilizar (a la administración de Cambiemos) es su propio plan económico”. El magistrado, además, cuestionó el pedido del oficialismo para excluirlo de ese organismo: "No les alcanza con interferir con la Justicia nacional y quieren interferir con la internacional", lanzó.

"No se va a producir un golpe de Estado, no hay ninguna fuerza política que pueda desestabilizar al Gobierno", sostuvo el ex ministro de la Corte Suprema, quien no se desdijo de los dichos por los que fue duramente cuestionado por distintos dirigentes afines al macrismo. Entre varios conceptos desarrollados luego de un análisis de la situación política, económica y social, lo que afirmó Zaffaroni es que si el Gobierno “se va antes, vamos a poder resolver el problema” del crecimiento de la deuda externa.

Durante una entrevista con “A los botes”, por FM Futurock, el ex ministro del máximo tribunal argentino explicó que "cuando digo ‘que se vayan lo antes posible’, hablo de procesos constitucionales” y no de otra cosa. “Si llegan al 2019 mucho mejor, que se vayan como resultado de una elección", agregó y negó ser un “golpista” por haber dicho eso.

“Un golpe de Estado no se va a producir. Lo único que puede desestabilizarlos es su propio plan económico", señaló, al tiempo que rechazó los intentos del oficialismo por apartarlo de la CIDH. “No les alcanza con interferir con la Justicia nacional y quieren interferir con la internacional", cuestionó.

Las definiciones de Zaffaroni fueron una respuesta al ministro de Justicia, Germán Garavano, quien esta mañana dijo que el magistrado “debería dejar su cargo” en la CIDH y anunció que en los próximos días hará una nueva presentación ante la Organización de Estados Americanos (OEA) para que se lo aparte de ese tribunal.

"Es insólito que el oficialismo intente destituirme de la CIDH. Quieren matar al mensajero", dijo Zaffaroni. Además, aseveró que no renunciará al cargo en el tribunal internacional porque sus opiniones no implicaron ninguna transgresión a los cánones que lo sustentan en ese puesto. "¿Entonces, cuál sería el crimen?", se preguntó.

El pedido que hará el Gobierno será el segundo intento de la Alianza PRO-UCR para bajar a Zaffaroni del máximo tribunal de la región en materia de derechos humanos. El primero paso lo había dado Claudio Avruj, cuando le manifestó ante ese organismo la “preocupación” del Estado argentino por las expresiones del ex ministro de la Corte Suprema.

Para Garavano, el magistrado “debería dejar su cargo en la CIDH y dedicarse a militar en el espacio que él decida”. Además, interpretó que los dichos de Zaffaroni tienen una intencionalidad “golpista” y “destituyente”, y opinó que detrás de ello “se juega con la idea de que los gobiernos no peronistas no terminan sus mandatos”.

Zaffaroni, en tanto, dijo que la tergiversación de sus dichos y las presiones judiciales de Cambiemos apuntan a correr el eje de de las discusiones más severas en materia de derechos en nuestro país. Como ejemplo citó el caso del policía Luis Chocobar, que mató a los tiros a un asaltante por la espalda. Este caso, dijo Zaffaroni, “es una maniobra de distracción: quieren ponernos a discutir sobre conejos y palomas que sacan de la galera".

También cuestionó el respaldo que el presidente Mauricio Macri le dio personalmente al policía, tras recibirlo en Casa de Gobierno. "Los dichos del Presidente son una interferencia, una presión política del Ejecutivo sobre el Judicial. Bordea el abuso de poder", afirmó Zaffaroni, para quien detrás de esa escena estuvo el publicista del gobierno: “A (Jaime) Durán Barba se le ocurre hablar de la pena de muerte, cosa que nadie estaba discutiendo. Es parte de la operación", analizó.