"Me echaron a los golpes por besarme con un pibe mientras bailábamos con amigos", denunció Marcelo Mangini el ataque homofóbico que sufrió el sábado en el bar Tom Jones de Necochea. El joven de 33 años, politólogo y militante LGTBI, publicó la denuncia en sus redes sociales para repudiar que el dueño del bar costero lo amenazara, primero, para que dejara de besarse con el chico que lo acompañaba con el argumento de que "había familias" y luego ordenara a dos patovicas que lo sacaran del lugar con empujones y trompadas. Además, Mangini señaló que la policía no quiso tomarle la denuncia y que los amenazó por filmar dentro de la comisaría. Tras recibir centenares de respaldos, el joven presentó denuncias judiciales “por agresión y discriminación contra el dueño del boliche” y por otra contra el policía: “está todo en curso”.

“Vemos que la sociedad tiene un problema con visibilizar nuestra condición: está todo bien mientras no seamos visibles. Pero eso es volvernos al clóset del que me costó un montón salir y eso a esta altura de mi vida no lo voy a permitir”, lamentó el joven tras el episodio que le tocó vivir el fin de semana, aunque por las redes agradeció el respaldo recibido.  "Hay contacto con el Inadi u la Procuración donde mañana se presentara la denuncia correspondiente", agregó.  

El ataque homofóbico ocurrió el sábado por la noche, según Mangini contó a la agencia Télam. “El sábado habíamos ido a un recital y cuando terminó decidimos ir a bailar a este bar que es un clásico. Entramos (al bar Tom Jones) y al principio estaba todo bien. Yo estaba con un chico que había conocido en esos días, cuando se acercó el dueño para llamarnos la atención. Nos dijo que dejáramos de besarnos porque 'había familias'”. 

"Están avisados", fue la primera amenaza del dueño del bar a la que Marcelo se opuso desde el primer momento. Lejos de retroceder en su actitud, según el relato del joven, el dueño mandó a dos patovicas a reiterar la amenaza. "Al lado nuestro había una pareja heterosexual besándose y no pasaba nada", describió el joven lo que pensó en aquel momento antes de volver a pedirle explicaciones al dueño del lugar. 

"Lo encaramos para que nos explique qué estaba pasando, pero no quiere hablar con nosotros y cuando se está yendo y sin mirarnos, le dijo a los patovicas 'saquen a éstos de acá'", recordó Mangini y agregó: "Uno nos preguntó si queríamos que nos sacaran 'por las buenas o por las malas' y no termina de decir eso, que me hace una toma para inmovilizarme y me pega dos trompadas antes de tirarme literalmente por la puerta". 

Los únicos dos que fueron echados a los golpes fueron Marcelo y el joven que estaba con él, mientras que el grupo de amigos fue escoltado a la salida. Frente a esa situación de violencia homofóbica decidieron radicar una denuncia policial, pero se volvieron a encontrar con una actitud violenta hacia ellos. 

"El oficial nos pide usar el sentido común y nos empieza a decir que el bar era un lugar privado donde el dueño hace valer sus propias reglas y nos trata de convencer de que nosotros habíamos instigado la violencia al no acceder al pedido de retirarnos”, contó sobre la respuesta del policía, quien también los invitó a buscar "otros lugares para ir" y los amenazó con realizarles el test de alcoholemia para disuadir la intención de dejar radicada la denuncia. Los jóvenes decidieron filmar la nueva agresión. 

"Cuando se dio cuenta que se le estaba yendo la mano nos dice que si es que hubo violencia, podría tomar la denuncia penal, pero nos advirtió que si subíamos a las redes sociales la filmación nos iba a meter una denuncia a cada uno. Yo le dije que en esas condiciones no iba a dar mis datos personales y nos fuimos", relató Mangini. 

Tras contar en las redes sociales la agresión homofóbica de la que fue víctima, el joven recibió el respaldo de centenares de personas y también el llamado del Inadi. Además, pudo contactarse con una concejala de Necochea que tomó la denuncia del caso y alcanzó que los medios locales replicaron la denuncia contra el bar. "¡Gracias a todxs! Alta movida. ¡Es enormemente reparador sabernos abrazadxs y colectivamente empoderadxs! Ni un paso atrás", agradeció.  

El local nocturno recibió anteriormente otras denuncias por tratos violentos por parte de los patovicas del lugar, con la complicidad del dueño, un personaje conocida de la ciudad balnearia. En noviembre de 2015, el patovica José Fernández llegó a juicio oral por la feroz golpiza que le había dado a un turista al echarlo del bar.