La Justicia rosarina confirmó ayer que la sangre hallada en la lancha en la que se accidentó Matías Messi, hermano de Lionel, en noviembre del año pasado, pertenece sólo a él, por lo que se descartaron rastros genéticos de terceros. Los investigadores aseguraron también que el arma de guerra que se incautó en la embarcación está registrada a nombre de una empresa de seguridad, y que según los registros oficiales no fue utilizada para cometer ningún ilícito. “Se tomaron treinta y nueve muestras de sangre en la lancha y ayer nos informaron desde el laboratorio que coinciden con el perfil genético de ADN” de Matías Messi, explicó el fiscal Matías Ocariz.