La Agencia Federal de Inteligencia (AFI), ex SIDE, cerró sus cinco bases en el Gran Buenos Aires. Así retrocedió luego del intento de llenar de más policías  –esta vez en el papel de espías– el conurbano bonaerense. Hoy en día la AFI está copada por ex policías, federales y bonaerenses, y hubo un plan de establecer vigilancia principalmente sobre los intendentes peronistas. Pero la presencia de los policías dependientes de la AFI, que observaban también los negocios de sus pares de la Bonaerense, empezó a provocar roces. Las tensiones llevaron al cierre de las bases en el Gran Buenos Aires que, oficialmente, fue confirmado por la AFI con una frase escueta: “Razones operativas”. 

En paralelo, deslizaron que el presupuesto será destinado a abrir una base en Miami, algo que, de hacerse, obviamente tendrá el beneplácito de Washington. La CIA no permite la circulación libre de agentes, de manera que todo forma parte de un proceso de multiplicación de la presencia policial a todos los niveles y de confluencia con las políticas norteamericanas hacia Sudamérica, todo con miras a enfrentar la principal hipótesis de la Casa Rosada: el conflicto social. 

Policías

Tradicionalmente la SIDE tenía tres bases en la Provincia de Buenos Aires. Una en La Plata, otra en Bahía Blanca y otra en Mar del Plata. La llegada de Cambiemos al edificio de la calle 25 de mayo profundizó la idea de vigilar el conurbano y, sobre todo, los distritos con intendentes peronistas. Eso llevó a la activación de cinco bases, entre ellas en Morón, Matanza, Pilar y Quilmes. Lo más conocido fue que el ex jefe de la Bonaerense Daniel Salcedo fue designado a cargo de una base. La noticia trascendió porque Salcedo era prácticamente el jefe de peritos de la jueza Sandra Arroyo Salgado en su batalla por instalar que la muerte de su ex pareja, Alberto Nisman, fue un homicidio y no un suicidio. Salcedo tuvo que renunciar como perito y la propia Arroyo Salgado se quejó en forma pública de su pase a la AFI. 

La central de espías viene contratando policías desde diciembre de 2015. La mayoría son ex comisarios o subcomisarios de la Federal, transformados en espías de la número dos y jefa operativa de la AFI, Silvia Majdalani. Las interpretaciones sobre su origen son variadas. Algunos indicios recogidos por este diario señalan que tienen preeminencia algunas incorporaciones apadrinadas por el  caudillo radical Enrique “Coti” Nosiglia. Otros afirman que sobrevoló en las designaciones la mano de Jorge “El Fino” Palacios, actualmente juzgado por encubrimiento en el caso AMIA. Por supuesto que los espías de carrera afirman que la AFI dejó de existir, porque ahora hay policías y no profesionales formados en inteligencia.

Junto a los policías federales sumados en 2016 y 2017 se fueron incorporando policías bonaerenses, “patas negras”, como les dicen despectivamente los federales y los espías de carrera. Los federales y espías afirman que los informes que produjeron las bases del Gran Buenos Aires eran elementales, a veces tomados de los canales de noticias, de páginas de internet y con groseros errores de ortografía. Según este sector ni siquiera cumplían con el objetivo de espiar a los intendentes del peronismo y menos todavía produjeron un real informe sobre las propiedades en countries, a nombre de sociedades en paraísos fiscales y habitadas o administradas por personas que no pueden explicar el origen de los fondos. 

En lo formal, la existencia de las bases del conurbano apuntaba a que la AFI participara, de la mano de la DEA norteamericana, de las investigaciones y operativos contra el narcotráfico. Pero empezaron los roces con la Bonaerense, que tiene tomado el territorio y, según dicen en la AFI, no quisieron tener competencia. Ni en las investigaciones ni en los negocios turbios. 

Es más, desde la Bonaerense sostienen que hubo intentonas de “cortar boleto”, es decir que los bonaerenses retirados que estaban en la AFI pedían coimas por hacer la vista gorda ante supuestas maniobras oscuras de sus ex compañeros, aún en actividad. Todo se encaminaba hacia una confrontación y, según parece, se decidió desactivar el peligro cerrando las bases de la AFI. 

Miami

Lo que se hizo trascender en las últimas semanas es que el presupuesto ahorrado en cerrar los humildes departamentos, sucuchos, de la AFI en el conurbano, se utilizará para armar una base en Miami. Desde los tiempos en que el dominio de la SIDE estaba en manos de Antonio Horacio “Jaime” Stiuso la alianza con Estados Unidos era la prioridad, en especial con la CIA, en materia de terrorismo, pero también con la DEA, en cuestiones de narcotráfico. Esas alianzas no sólo se mantienen más que nunca sino que la subordinación al norte es cada vez mayor, al punto que se habla –como nunca ocurrió– de que la DEA y la CIA establezcan una base oficial en Misiones. Siempre estuvieron, tanto allí como en Salta, pero nunca de forma explícita, como una especie de portaaviones aceptado por un gobierno argentino. Durante décadas, Washington insistió en la necesidad de tener presencia en la Triple Frontera con el argumento de que existe actividad de terrorismo islámico en esa zona, principalmente de Hezbollah. Nunca aportaron una prueba y lo único que existe es que algunos comerciantes de origen islámico aportan dinero para la causa árabe. 

Tal vez para sobreactuar una contraprestación, ahora se habla de que la AFI establecería una base en Miami. La SIDE siempre tuvo delegado en Washington, a partir de un convenio celebrado en la época de Arturo Illia. No es un agente encubierto sino una persona en blanco, aprobada por la CIA. La mecánica es bastante estricta: el delegado no puede andar libremente, hablando con cualquiera. La CIA le designa un interlocutor y no hay margen para ninguna actividad real de inteligencia. A lo sumo un intercambio de información con ese interlocutor y, sobre todo, la compra de tecnología que venden los norteamericanos y compran los gobiernos afines. Se trata por lo general de equipos de intercepción de llamadas, Whatsapp, correos electrónicos y material para el espionaje electrónico. En ese rubro compiten con Israel. La ministra Patricia Bullrich ya fue huésped de Washington y Jerusalén en sus giras para comprar juguetes de esa naturaleza. 

Mirado así, lo cierto es que no habrá una base en Miami sino un delegado de la AFI autorizado por la CIA y la DEA, y que se limitará a reafirmar la alianza con esas agencias. Además pueden solidificarse los negocios de provisión de equipos para los fabricantes y comerciantes del Norte.  

Estrategias

Todos los movimientos van en un mismo sentido:

  • Todo el poder posible a los policías. En primer lugar con su presencia mayoritaria en el principal organismo de inteligencia del país. 
  • Manos libres a los uniformados. Se desmonta la “competencia” de las bases de la AFI en el conurbano para dejarle la cancha libre a la Bonaerense. Nada debe interponerse en el poder uniformado. La tendencia va en el mismo sentido que el respaldo a la Gendarmería en el operativo ilegal que fue el contexto de la muerte de Santiago Maldonado, el apoyo a la Prefectura en el homicidio de Rafael Nahuel, la bendición a la Federal en las represiones de diciembre por la reforma previsional y los elogios a Luis Chocobar en la muerte de un ladrón.
  • Más que nunca, alianza con los Estados Unidos. Si se concreta la presencia en Miami será solamente para establecer mayores contactos y más compra de materiales norteamericanos de seguridad e inteligencia.
  • Desde ya que es posible imaginar un futuro con publicitados operativos antinarco. El intercambio de información sobre terrorismo suele ser más discreto. 

Pero más allá de las escenificaciones la hipótesis principal de conflicto ya está ubicada: son las protestas y los movimientos generados por el deterioro social. Para eso necesitan respaldar a los policías y estrechar los lazos con el norte.

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