Diego Arce Vera, hermano de Isabel, que fue atropellada por un colectivo de la línea 26 el 10 de enero en Centenera y Valle, en el barrio de Caballito, es contundente a la hora de opinar de la ciclovía: genera “una falsa sensación de seguridad”, dice y reconoce que era un tema de discusión con su hermana. Isabel tenía 44 años, era fotógrafa, vivía sola en Boedo y estaba terminando de estudiar para ser reportera gráfica.

“Fue un accidente entre comillas –aclara– porque la responsabilidad fue del conductor, que venía a una velocidad mucho más alta de la que corresponde. El colectivero venía en una bocacalle, la máxima es  30 km/h y según las marcas que dejó en el asfalto iba a casi 70.”

–¿Su hermana era una usuaria habitual de bicicleta?

–Sí. Ella tenía una falsa sensación de seguridad en la bicisenda. Teníamos discusiones sobre ese tema. Yo le planteaba que la bicisenda no es segura y ella me decía que al menos los autos no te abren la puerta, y demás. Pero no depende sólo del que va en bicicleta. Si bien muchos me hablan de la responsabilidad de la gente que va en bicicleta, es como agarrársela con el más débil.

–¿Cómo fue el accidente?

–La bicisenda está por Valle. El colectivo venía por Centenera. Ella venía andando y según lo que dicen unos testigos, más precisamente una chica que iba delante de ella, a unos siete segundos de diferencia. Esta testigo pasa en verde, con el semáforo para bicicleta en verde, y cuando ella termina de pasar, más o menos a los siete segundos siente el impacto. Siente la frenada y demás. O sea que el colectivo tendría que haber venido a menos velocidad de la que iba. Pero el colectivero venía discutiendo con un chico  que iba en moto por delante. El quería agarrar la onda verde, estaban a los bocinazos, le tiraba el colectivo encima a la moto, y el chico se corre, intercambian palabras y ahí es cuando acelera el colectivo y atropella a mi hermana.  Las marcas de las frenadas son increíbles. Yo volví al lugar a los diez días y todavía estaban las marcas. Además, una persona  me acercó las fotos que había sacado del día del accidente, son dos marcas negras de más de diez metros. El colectivero ni siquiera  pudo maniobrar,  se nota porque las marcas que se ven son derechas, no es que amagó a virar para algún lado. Por la velocidad que iba no tuvo tiempo de hacer nada. 

– ¿Y ahora cómo sigue la cuestión legal?

–Nosotros podemos presentarnos como principales damnificados, no podemos ser parte querellante. La causa penal la lleva la fiscalía. Nosotros queremos cambiar la carátula, porque la carátula quedó como homicidio culposo y nosotros vamos por el dolo eventual porque en estas condiciones el colectivero está libre. Con el homicidio culposo esta libre y puede seguir manejando, desconozco si está manejando pero puede hacerlo sin ningún tipo de problemas. Nosotros al cambiar a  dolo eventual por lo menos lograríamos que el colectivero hasta las instancias del juicio no pueda manejar, y por lo menos que esté detenido o algo. En realidad creo que le pasa a todos los familiares de este tipo de tragedias, nosotros no estamos buscando venganza, si bien sabemos que el colectivero es el principal sospechoso, el principal responsable de esto, lo que nos impulsa a que haya un cambio de conciencia en todo. Esa cuestión de espíritu soñador donde tratamos de encausar eso. Obviamente el colectivero por su irresponsabilidad nos quitó a nuestro hermana,  pero también es la coyuntura lo que llevó a ser irresponsable , porque no hay ningún tipo de control. El colectivero va arriba del bondi, y adentro del bondi no hay ningún tipo de control. Muchas veces la gente tiene miedo, por ejemplo si el colectivero va a exceso de velocidad y alguien le dice algo, frena y hasta que no se baje el que lo está increpando no sigue, y entonces el que le llama la atención se pone a toda la gente en contra.

–¿A partir de lo que le pasó a su hermana tuvo contacto con otras personas que hayan tenido también accidentes en la ciclovía?

–Sí, porque en menos de un mes hubo  al menos tres accidentes mortales, los tres de la misma forma, es más, tienen muchas coincidencias extrañas. Los tres accidentes ocurrieron un miércoles. El colectivo que mata a Franco era de la línea 70, pero interno 126. El de Sofía Osswel fue con un colectivo 126,  y a la semana mi hermana con el colectivo de la línea 26. Nos reunimos con las tres familias y estamos acompañándonos. Fuimos a la Defensoría del Pueblo, ellos nos plantearon crear una mesa de negociaciones y de diálogo, con el sindicato, con las empresas. Tres muertes en un mes no es casualidad, porque el Gobierno de la Ciudad fomenta el uso de la bicicleta pero no da las condiciones para los que la usan. 

–¿Alguien se acercó para ayudarlos?

–En mi caso se puso en contacto Luchemos por la Vida, para brindarme su apoyo y demás. También las Madres del Dolor. Y estoy recontraagradecido con la gente de Masa Crítica y las chicas de “Pedalea como una piba” porque ellos fueron los que organizaron todo, y los que hicieron toda la fuerza para que hoy estemos sentados nosotros acá.