Antes de entrar al Congreso, la diputada de Cambiemos Elisa Carrió sentó posición en contra de la discusión que se abrió en las últimas semanas por la legalización del aborto. Pero fue más allá: además de diferenciarse de la arenga del presidente Mauricio Macri para que se dé un “debate maduro” sobre el tema en ambas cámaras, pidió “encarecidamente” que se suspenda la sesión especial del 8 de marzo porque adujo que el actual es un “momento sagrado para muchas religiones”. El jueves que viene se iba a empezar a discutir el proyecto de interrupción del embarazo, pero sus impulsoras suspendieron el encuentro en pos de favorecer la amplitud del debate. 

“Les pido encarecidamente a los diputados que pidieron esa sesión que tengan en cuenta que hay muchísimos argentinos, cristianos, musulmanes, judíos que están viviendo en este momento un tiempo sagrado de Pésaj, Cuaresma y Ramallah”, dijo Carrió. Y luego agregó, en diálogo con La Nación, que “no podemos violentar para dividir”. Hace apenas dos días, la diputada por Libres del Sur Victoria Donda confirmó que las legisladoras que adhieren a la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito habían desistido de pedir la sesión especial para ese día. 

No obstante, Carrió les pidió “respeto” y siguió: “Es demasiado violento no respetar el momento sagrado para muchísimas religiones. Pido el retiro del proyecto por las creencias y al tiempo sagrado de arrepentimiento que hoy vive gran parte de la humanidad, que lo cree, que lo siente”. “Les pido eso, que respeten a una sociedad que no cree pero otra tiene profundas convicciones y está viviendo un momento de purificación”, completó. 

En ese mismo momento, se distanció de Cambiemos y repudió que la alianza oficialista a la que pertenece haya sido la que permitió que se dé la discusión entre diputados y senadores. “Creo que nuestra verdadera agenda es el hambre y esa es nuestra mayor ofrenda a la humanidad”, aseguró. 

Al adelantar su postura, afirmó que votará en contra de la interrupción del embarazo porque no estaba a favor “ni cuando era agnóstica”. “Yo voy a estar en contra después”, señaló aunque insistió en que “no es el momento de hablar sobre lo que desune y que violenta”. “Es un momento sagrado para una gran parte de argentina. Que la otra gran parte de argentinos que quiere el debate lo suspenda y después lo seguimos”, concluyó.