Las contradicciones entre el gobierno y la cúpula empresaria, particularmente del sector industrial, empiezan a salir a la luz a casi 27 meses del gobierno de Cambiemos. Ayer, en una entrevista radial, el ministro de la Producción, Francisco Cabrera, respondió en duros términos a las críticas expresadas en el seno de la Unión Industrial Argentina por el avance de las importaciones y las condiciones desventajosas en que se encuentra el sector manufacturero local. “Hay que tener una agenda positiva y dejarse de llorar”, respondió el ministro. “Somos un gobierno de puertas abiertas para escuchar, y si hay que tomar una medida para mejorar la competitividad lo vamos a hacer; lo que no vamos a hacer es castigar a todo el pueblo argentino para enriquecer a empresas grandes”, dijo el integrante del gabinete de Mauricio Macri.

Sin disimular su molestia, Cabrera respondió que “no es toda la UIA, son algunos los que están en esa postura”, y cuando el entrevistador le preguntó “quiénes”, el ministro dijo “los que ustedes recién nombraron”. Los mencionados eran Daniel Funes de Rioja (presidente de Copal, industria de la alimentación), Adrián Kaufman Brea (Arcor) y Eduardo Nougués (Ledesma). Cabrera rechazó las críticas en general, recordó que el gobierno “impulsó una reforma impositiva, algo que la UIA reclamaba hace 30 años; bajamos los impuestos a toda la economía dos puntos del PBI, y no sólo las retenciones a los granos, y estamos dispuestos a discutir renglón por renglón toda la cuestión de costos internos”. Y les reclamó a la dirigencia empresaria “trabajar con una agenda positiva, mirar hacia adelante, poner ganas en mejorar la competitividad y competir, pero para eso hay que invertir”.

El ministro de la Producción no sólo se refirió a los empresarios de la cúpula industrial, con los cuales pareciera que definitivamente se rompió el romance. También hizo una referencia muy drástica a los sectores medios de la industria, dependientes del mercado interno. “Si el sector textil dice que aumentaron las importaciones, saben que no es cierto; las importaciones son del orden del 9 por ciento del total del consumo en el sector, y es el mismo porcentaje de siempre. Además, saben que en lo que tiene que ver con indumentaria, que es el renglón que más duele cuando entra una camisa, una campera o un pantalón hecho en otro país, las importaciones están alrededor de los 600 millones de dólares por año, que es más o menos lo que tuvimos en 2017. Ahora bien, ¿ustedes saben cuánto sumaron las compras de indumentaria de los argentinos que fueron y se compraron la ropa afuera? 1500 millones de dólares. Eso es imparable, no hay forma”.

Al hacer la diferencia entre lo que entra estadísticamente como “importación” y lo que son compras de particulares en el exterior, Cabrera buscó diluir la responsabilidad de la política industrial y de comercio exterior en ese resultado. “No hay forma de pararlo, porque eso tiene que  ver con que Argentina está en el pelotón de los países más caros del mundo en términos de ropa. Todos lo sabemos, no hay que ser hipócrita”, disparó. “Y eso tiene que ver con inversiones, con mejorar los procesos, tener una agenda positiva en vez de quejarse y llorar. Porque no puede seguir pasando que la gente termine yendo a Chile o a Miami a comprar la ropa”.

En su entrevista con Radio Mitre, Cabrera dejó otras definiciones polémicas:

  • Dólar. “Tenemos un tipo de cambio libre y ha mejorado en los últimos meses. Estamos cómodos con el nivel actual del tipo de cambio. Obviamente, para todo el sector de bienes transables es más cómodo un tipo de cambio más alto, por eso se habla de dólar atrasado”.
  • Empleo industrial. “Empezó a caer hace varios años. Pero yo creo que estamos en una etapa en la que va a empezar a crecer, hay inversiones que así lo indican, por ejemplo en el sector automotor. Es cierto que en los últimos dos años se perdieron en la industria 68 mil empleos, pero eso a veces tiene que ver con actividades que antes estaban catalogadas como industria y ahora pasaron a ser servicios”.  
  • El discurso de Macri. “Cuestionan que no mencionó la palabra Industria el jueves, pero habló de los créditos productivos y otras cuestiones que tienen que ver con la actividad industrial. ¿Cómo se puede decir que Macri no es industrialista, si se pasó la vida haciendo industria?”.

Es indudable que los dichos de Cabrera van a despertar reacciones. Miguel Acevedo, presidente de la UIA y hombre del sector aceitero exportador (AGD), trata de eludir siempre las críticas al gobierno, pero viene recibiendo fuertes presiones para que asuma la defensa del sector en su conjunto y del empleo industrial en particular. Las contradicciones de defender la política del gobierno desde la vereda del sector manufacturero empiezan a quedar expuestas.