Tras recibir la promesa de que los trenes de la Línea B serán inspeccionados para determinar si tienen asbesto –una sustancia de uso prohibido por ser cancerígeno–, los metrodelegados suspendieron el paro que habían anunciado para hoy y el servicio de subtes funcionará normalmente. Este mediodía, los representantes gremiales serán recibidos en la Subsecretaría de Trabajo porteña, junto con un enviado de Sbase (empresa del estado del gobierno de la Ciudad, dueña de los trenes), para fijar un cronograma para las inspecciones. 

En vísperas de esta reunión, ayer Sbase dio a conocer una notificación que le envió el Metro de Madrid, la que la compañía asegura que ninguno de los vagones CAF 6000 tiene asbesto. para Sbase, esto descarta la presencia de este material en la flota en circulación de la Línea B. 

Sin embargo, los metrodelegados quieren que las formaciones CAF 6000 sean revisadas porque según la información publicada en España, no es realmente seguro que esos trenes estén libres de la sustancia cancerígena. 

En Madrid, tres trabajadores del Metro enfermaron de cáncer por estar expuestos al asbesto o amianto, nombre con que se designa también a esta sustancia. El Metro de Madrid reconoció en febrero que sus trenes CAF 5000 tenían piezas con este material. 36 de esos vagones CAF 5000 fueron comprados en 2011, durante la gestión de Mauricio Macri como jefe de gobierno, a los españoles. “Eran vagones de segunda mano; costaron 550 mil dólares cada uno y estaban en tal mal estado que habían sido destinados a chatarra, al punto de que de los 36 sólo pudieron utilizarse 18”, señaló el metrodelegado Enrique Rossitto. 

Ante la certeza de que los CAF 5000 tenían asbesto, los trabajadores del subte se negaron a continuar usándolos y Sbase debió sacarlos de circulación. Luego, el pasado 2 de marzo, el diario El Mundo publicó que también se había detectado asbesto en los CAF 6000, que si bien fueron fabricados libres de amianto, lo recibieron al recibir a modo de repuesto piezas de trenes viejos. “Cuando se le pidieron informes a la empresa sobre el número de serie de los vagones que habían sido contaminados, la respuesta fue que no lo sabían porque nunca se hizo un seguimiento de qué vagones recibieron piezas sacadas de los CAF 5000”, explicó Rossitto. 

Los metrodelegados reclaman que, además inspeccionar los trenes, los trabajadores de la Línea que estuvieron en contacto con el material cancerígeno tengan garantías de que podrán realizarse estudios médicos de por vida. Sucede que el asbesto, una vez enquistado en los pulmones, tiene un período de latencia de 15 años en el que puede provocar la enfermedad. 

La medida de fuerza, ahora levantada, había sido convocada para las seis líneas del subte y el Premetro.