Houseman fue emblema del fútbol argentino y será recordado por su juego en  Huracán, club con el que fue campeón en 1973, aunque también se desempeñó en River e Independiente, entre otros clubes. Sobresalió por su extraordinaria gambeta, la velocidad, la picardía y la habilidad con ambas piernas.  

La idolatría que cosechó durante y después de su paso por las canchas hicieron que en agosto del año pasado la Legislatura porteña lo declarara "Personalidad destacada del Deporte". En 2008, junto con Leopoldo Luque y Julio Ricardo Villa, integró el trío de campeones del mundo que jugó "La Otra Final", el partido en el que futbolistas y militantes de derechos humanos homenajearon a los desaparecidos durante la dictadura cívico-militar. 

Pero más allá de los reconocimientos, Houseman no siempre tuvo un buen pasar económico. De hecho, el tratamiento por el cáncer de lengua que padecía debió ser solventado por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

El "Loco" había nacido en Santiago del Estero el 19 de julio de 1953, pero se radicó en Capital Federal y pese a ser hincha de Excursionistas, inició su carrera en el rival del barrio, Defensores de Belgrano. Después llegó la explosión en el “Globo”, Colo Colo de Chile, River, Independiente y por fin en Excursionistas.

Houseman jugó el Mundial de Alemania 1974 y también el de Argentina 1978, cuando el equipo dirigido por César Luis Menotti le dio a la Selección nacional su primera Copa del Mundo, en plena dictadura. En Alemania 74 hizo tres goles, destacando el tanto que le hizo a Italia en el empate 1 a 1 en primera ronda. En el 78 anotó el quinto gol del 6 a 0 a Perú. 

Alguna vez admitió haber hecho un gol en total estado de ebriedad. Fue a River, en 1977. En el arco estaba Ubaldo Fillol. Ese día, Huracán cayó por 2 a 1.

La muerte de Houseman ocurrió ocho días después de la de otro campeón del mundo, el formoseño Rubén Galván, ex futbolista de Independiente y e integrante del plantel del seleccionado de 1978, quien falleció a los 65 años el 14 de marzo último.