Durante el acto en el que le tomó juramento al nuevo ministro de Energía, Javier Iguacel, y al de Producción, Dante Sica, el presidente Mauricio Macri sostuvo que el acuerdo stand by firmado con el FMI y la declaración de la Argentina como “mercado emergente” son “más herramientas para que la gente pueda invertir” y de esta manera se genere “más trabajo”.

El jefe de Estado volvió a responsabilizar al gobierno anterior de la crisis que atraviesa su propia gestión al sostener que los giros en la política económica y los acuerdos de deuda firmados con organismos internacionales son producto de “herencias económicas e hipotecas económicas que algunos llamaron ‘bombas’, que vamos resolviendo”.

Luego recurrió a los tópicos recurrentes del discurso de Cambiemos. Habló del “valor de la verdad”, de “poner las cosas sobre la mesa”, de la “transparencia” y del “diálogo”. Y dijo que el acuerdo con el FMI será una de las “bases sobre las cuales se va a crecer”.

En un breve discurso que pronunció en el Salón Blanco de la Casa Rosada, el jefe de Estado consideró que en el país se generó "una mala cultura del poder" que implica un "ejercicio del poder en forma prepotente, mafiosa".

Durante el acto estuvieron presentes los ministros salientes. Al ex de Producción, Francisco Cabrera, le reconoció la labor “durante estos 12 años” que lo acompañó tanto en la Casa Rosada como en la Jefatura de Gobierno porteño. En tanto, al ex titular de Energía, Juan José Aranguren, le reconoció “haber bailado con la más fea” y también “haber sido el portador de las malas noticias” de los tarifazos. 

Luego remarcó la necesidad de “navegar en un mundo globalizado” en el que “la revolución tecnológica está en los trabajos que van a dejar de existir y en los que están por llegar. Y queremos que los argentinos seamos parte de los trabajo del futuro”.