Los científicos y empleados del Conicet Rosario sacaron su bronca a la calle y la llevaron al microcentro de la ciudad, con una marcha que se replicó en otras ciudades del país y que expuso el recorte presupuestario aplicado por el gobierno nacional.

Desde la esquina de las peatonales Córdoba y San Martín, la columna de becarios y empleados acaparó la atención, y sus manifestantes explicaron a los transeúntes la crisis en la que se encuentra sumida la investigación científica a cargo del Estado nacional.

Reclaman la reapertura de paritarias, puesto que seis de cada diez en esa agencia de investigación y desarrollo están al borde de la línea de la pobreza, fijada en 19.200 pesos para una familia tipo, según datos del Indec del mes de abril.

El principal reclamo apunta a la discusión salarial. El último incremento lo cobraron en marzo, por cláusula gatillo: cuatro cuotas de 1,2 por ciento cada una. Pero además, piden el pase a planta permanente de trabajadores contratados y el fin de los despidos y el ajuste que empezó en 2016 en la órbita del Ministerio de Ciencia y Tecnología.

"No tenemos un convenio colectivo y por lo tanto estamos atados a la paritaria del estado nacional, por eso adoptamos la modalidad de salir a la calle a volantear y explicarle a la gente cómo nos afecta el recorte", dijo Armando Cassinera, delegado de ATE.

El Conicet tiene 12 mil empleados en el país, de los cuales la mitad son becarios, algunos con quince años de antigüedad –expuso Cassinera- y sin embargo continúan como contratados.