La intendenta Mónica Fein salió al cruce ayer de las especulaciones barajadas en las últimas semanas sobre la posibilidad de que Uber -la plataforma de transporte particular de pasajeros- haga pie en Rosario. Y lo hizo para clausurar de manera taxativa esa operación: “Hoy no es posible porque es un sistema que no tiene ninguna regulación. Cuidado con los sistemas que plantean que el camino es que los trabajadores no tengan futuro de jubilación y de precarización laboral”, alertó. Y defendió el servicio de taxis: “Es un sistema regulado que tiene que mejorar, pero donde el Estado participa. Uber no tiene regulación ni control”, definió. Al respecto, adelantó que está por anunciar una aplicación tecnológica (app) destinada precisamente al servicio de taxis.

Las declaraciones de la jefa municipal calmaron los nervios del gremio tachero, que anunció para este mediodía un bocinazo frente al Concejo para resistir cualquier iniciativa que apunte a abrirle la puerta a esa multinacional que opera con sus clientes una red de transporte privado.

“Creo que incorporar la tecnología es el futuro. Mejorar lo que tenemos es el desafío. Pero siempre buscando que el Estado regule un servicio público”, distinguió la jefa municipal ayer en rueda de prensa. En su análisis, marcó que los taxis actuales “tienen seguros, una revisión periódica de los autos, está muy regulado, con dificultades, pero siempre trabajando con el Estado presente”. En este sentido, diferenció que el servicio público permite “conocer el nombre del chofer y hacer denuncias al 147. Incluso podemos saber con GPS dónde está cada taxi”, remarcó.

“La tecnología debe ser incorporada y la semana que viene vamos a hacer una propuesta para incorporar la tecnología que tiene Uber en el mundo”, anticipó la intendenta. Se refirió así a una aplicación digital que el municipio está diseñando junto con las cámaras de taxistas. La innovación pretende agilizar y transparentar el servicio.

La posición de la intendenta derribó la propuesta deslizada hace algunos días por la concejala María Eugenia Schmuck. “Sería interesante que discutamos la llegada de Uber”, había dicho la dirigente radical en el Frente Progresista. Y, salvo el silencio de Cambiemos, el resto del arco político local la aisló en esa idea. Incluso, el bloque socialista. Schmuck planteó esa alternativa luego de protagonizar un enfrentamiento con un sector de taxistas que pretende el monopolio de las paradas en la terminal de ómnibus Mariano Moreno. Con la propuesta de Uber, el asunto fue nafta sobre el fuego, y por eso Fein ayer cerró el tema. Atrás quedaron noticias emitidas por la empresa, acerca de que en Rosario se habían anotado tres mil conductores para trabajar como choferes del servicio, y que 70 mil personas en la ciudad habían bajado la app como potenciales usuarios del mismo.

"Sería un sistema donde el Estado pierde el control del servicio. No hay legislación al respecto y hay que ser muy cuidadoso de la protección del pasajero”, afirmó la titular del Ejecutivo.

Además de la competencia que le depararía Uber, los dueños y peones de taxis lo repudian porque entienden que eso desregularía la actividad y, en el caso de los empleados, precarizaría la relación laboral. Sobre eso mismo refirió Fein: “Cuidado con la precarización laboral, con los sistemas que plantean un escenario de trabajadores sin jubilación y precarizados”.

La intendenta se pronunció ayer por la mañana, en la plaza Libertad, durante la presentación de un plan de reparación de veredas en cuarenta barrios, con una inversión de 133 millones de pesos, según dijo. Pero para entonces, las distintas cámaras que agrupan a los licenciatarios del servicio de taxi ya habían organizado su reacción anti Uber.

Será una caravana de taxis que partirá a las 9 desde bulevar Oroño y Cochabamba, por Pellegrini, hasta el Monumento a la Bandera, frente al Concejo Municipal.