Un día cualquiera del futuro, muchas enfermedades encontrarán su ansiada cura, las casas se construirán en pocas horas, los robots realizarán todas nuestras labores y Marte será un destino posible. Si bien cualquier conjetura resulta sugerente, no se sabe con exactitud cuáles son los desafíos que enfrentará la humanidad. No obstante, y aunque sea difícil de predecir y roce la ciencia ficción, es imprescindible imaginar un panorama futuro para diseñar políticas públicas orientadas a satisfacer las demandas que surgirán.  

A pesar de no tener certezas sobre cómo será el mundo y qué necesitará para su desarrollo, los efectos de la ciencia y la tecnología, el crecimiento de la población y la crisis medioambiental, transformarán, aún más, las actividades que realiza la humanidad. 

La economía, la salud, la sociedad, la educación y el trabajo sufrirán cambios significativos, muchos de los cuales aún no se sospechan ni se pueden enmarcar en categorías del pasado. 

Si bien en los próximos años se desarrollarán actividades que aún no existen y probablemente nadie imagine, no cabe duda acerca de las profesiones que hoy más se necesitan de cara al futuro y, en ese sentido, desde hace varios en Argentina se impulsa el estudio de carreras científicas y tecnológicas consideradas estratégicas para el desarrollo nacional. Estratégicas no sólo al pensar en el panorama actual y futuro, sino además porque son las menos elegidas por los estudiantes, hecho que provoca áreas de vacancia en muchas profesiones. Ingeniería, física, química, matemática, informática, ciencias del medioambiente, robótica, nanotecnología, genética, agronomía, pero también enfermería, son apenas algunas de ellas.  

Sistemas agropecuarios sustentables

Una gran cantidad de la población mundial sufre hambre pese a que existen unos 7.400 millones de habitantes en el planeta y se produce alimento para 12.000 millones aproximadamente. La ecuación es sencilla: enormes porcentajes de lo que se produce se desperdician, al tiempo que se realiza una distribución injusta. 

Frente a este panorama poco favorable, existe, a su vez, una tendencia a la alimentación saludable y la protección del medioambiente. Ante este complejo escenario, las carreras ligadas a la actividad agropecuaria se convierten en una opción clave para satisfacer las necesidades actuales y futuras. 

Así lo entiende Guillermo Montero, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), al afirmar que la carrera de Ingeniería Agronómica “construye conocimiento acerca de los sistemas agropecuarios y agroalimentarios regionales, y persigue el objetivo de lograr mayor calidad y cantidad de producción agroalimentaria, atendiendo a la conservación de los recursos naturales y a la construcción de un desarrollo equitativo e inclusivo”.   

A su vez, Montero hace hincapié en la importancia de esta oferta educativa para el desarrollo del país: “Tiene la misión de pensar y construir una nueva agricultura nacional (…), que se anime a afrontar el desafío de crear sistemas agrícolas menos dependientes de los insumos externos, que minimice la aplicación de agroquímicos preservando el ambiente y la salud de las personas, que promueva mayor biodiversidad en los agroecosistemas, que se diseñe para cada ambiente y pueda alcanzar altos niveles de resiliencia ante los cambios ambientales manteniendo los niveles de producción.”

El decano de la UNR establece, además, que “el modelo de agricultura industrial, de base genética estrecha y altamente dependiente de insumos externos al agroecosistema, está agotado porque, en poco tiempo más, no habrá forma de afrontar sus externalidades ambientales y sociales negativas.” Y augura que “la agricultura del futuro cercano será más dependiente del asesoramiento técnico integral de los profesionales (…) que del consumo indiscriminado -en muchos casos innecesario- de productos ofrecidos por diversos vendedores a los productores agropecuarios.” 

El impacto medioambiental 

Íntimamente ligado a la producción sustentable de alimentos está el cuidado del medioambiente. Si bien ya no pueden concebirse las industrias y los organismos del Estado sin un perfil que desarrolle estrategias para la preservación del planeta y los recursos naturales, existe una demanda insatisfecha de estas profesiones.  

“A medida que la conciencia ambiental crece y se visualizan dificultades actuales y futuras relacionadas con los sistemas productivos y la gestión de los recursos naturales, la necesidad de profesionales con una visión científica y objetiva será cada vez mayor”, sentencia Mario del Valle Perea, titular de la cátedra Estudio del Ambiente de la Licenciatura en Ciencias Ambientales, oferta educativa de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FACEN) de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA).

El docente explica que la carrera es “estratégica para el desarrollo del país porque promueve e interviene en la gestión sustentable del capital natural, promoviendo un abordaje desde las distintas disciplinas, tales como economía, política, ética (…). Y el egresado es competente para integrar equipos en diversas áreas: agricultura, ganadería, recursos naturales, industria, desarrollo urbano, patrimonio cultural y científico, manejo de flora y fauna, turismo, etc.”

Por su parte, Juan Lavornia, coordinador de la Licenciatura en Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF), declara que el desarrollo de un país se vincula estrechamente con el medioambiente: “Explotamos los recursos para desarrollarnos y es la capacidad de hacerlo de manera sostenible lo que asegura que un modelo de desarrollo pueda sustentarse a largo plazo.” 

Asimismo, Lavornia destaca que, “de cara al aumento de la población y la creciente demanda de productos y servicios, es de esperar que ciertos problemas ambientales se profundicen, por lo que cada vez será más importante contar con profesionales del ambiente que puedan contribuir a la investigación y la gestión de los bienes naturales, considerando su valoración y aprovechamiento”. 

Nuevos perfiles interdisciplinarios

A la hora de pensar en las profesiones del futuro, el sistema de posgrados recoge el desafío y crea nuevos perfiles de carreras en la relación interdisciplinaria. En general, en el cruce entre lo tecnológico y las áreas específicas. 

Ese es el caso de la Especialización en Nanotecnología Aplicada a la Salud, un posgrado de dos años de duración que se dicta en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). 

Eder Romero, directora de Nanomedicinas de la UNQ, resalta que el alcance de esta disciplina “abarca el área de los medicamentos (…), el campo diagnóstico (…) y la ingeniería de tejidos, que mediante el aporte del campo de los nanobiomateriales permite generar mejores implantes, (…) regenerar órganos, (…) diseñar órganos artificiales en chips, y hasta llegar a los llamados ‘humanos-en-un-chip’, de aplicación crítica en el campo de los medicamentos y la nanotoxicología”

Tal como señala Romero, es indudable la importancia de estas carreras debido a que poseen “la potencialidad de crear nuevas empresas y productos que se traducen en nuevas fuentes de empleo para mucha gente”. Sin embargo, recuerda que “la masa crítica de científicos altamente capacitados, tanto en Brasil como en Chile y Argentina, es muy pequeña comparada con el desarrollo alcanzado en la Unión Europea, Estados Unidos y Asia”.

“A diferencia de otros sectores como metalmecánica y electrónica –concluye-, el área salud posee un profundo carácter transdisciplinario, que resulta de la convergencia entre ciencias básicas (matemática, física, química) y múltiples disciplinas tecnológicas (biotecnología, farmacia, bioquímica e ingeniería),  y su abordaje exitoso requiere de profesionales específicamente capacitados.”

Humanizar la atención sanitaria 

A pesar del aumento demográfico, Argentina tiene un déficit histórico de enfermeros. Un déficit vinculado, sin duda, con la falta de incentivos para estudiar esta carrera. Por ello, desde hace varios años Enfermería se convirtió en una de las disciplinas consideradas estratégicas para el desarrollo del país, al tiempo que logró ingresar al sistema universitario. 

Mirta Seco, Directora de la Licenciatura en Enfermería de la Universidad Nacional de Chilecito (UNDEC), asegura que el rol de los enfermeros es “contribuir con el esfuerzo colectivo en el mejoramiento de la calidad de vida de la población, apoyada en una sólida fundamentación teórica, contextual y técnica”.

A su vez, Seco hace hincapié en la importancia de profundizar los procesos de humanización en el cuidado de las personas: “La reflexión antropológica alrededor del arte de cuidar no se ha desarrollado en el mismo grado ni con la misma intensidad intelectual que la reflexión alrededor del arte terapéutico. En ese marco de transformación y de reubicación disciplinar, la enfermería tiene que precisar adecuadamente su aportación esencial y definitorio en el ámbito de la salud. Por tal motivo, es una pieza clave y fundamental para el proceso de humanización de la atención sanitaria”.

La genética, una disciplina de gran alcance

El estudio de la genética alcanza un amplio espectro de la investigación científica. Genera, por ejemplo, conocimientos relativos a la salud, la biotecnología y la producción agropecuaria. Por lo tanto, “contribuye a la diversificación de los bienes y servicios que demanda el mundo moderno”, declara Adriana Andrés, Directora de la Escuela de Ciencias Agrarias, Naturales y Ambientales de la Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires (UNNOBA), que bajo su órbita dicta la Licenciatura en Genética.

“Es una carrera estratégica para el desarrollo del país porque aporta a la generación de conocimientos y tecnologías que experimentan un incesante crecimiento y nivel de sofisticación e interrelación, reflejados en los avances logrados en la agricultura, la industria, la seguridad alimentaria y la salud”, enfatiza Andrés. 

Y añade que, “indudablemente, es una de las carreras del futuro porque ofrece múltiples oportunidades laborales (…). Por ejemplo, en el área de la genética humana se dedica a investigar y mejorar algunos aspectos hereditarios que optimizan la salud de las personas, y en el área de la genética vegetal y animal aporta a una mayor producción de alimentos con mejor valor nutritivo y menor costo, entre otras cosas”. 

El desarrollo de las nuevas tecnologías 

Los avances vertiginosos de las tecnologías de la información y la comunicación han convertido a los expertos en esas áreas en unos de los más requeridos por el mundo laboral. Pero los avances han hecho imprescindible, a su vez, la permanente actualización de los conocimientos.

“Dado que las metodologías, tecnologías y herramientas varían rápidamente en esta disciplina, el alumno debe tener una formación que le permita actualizar sus conocimientos y adaptarse al cambio tecnológico”, afirma Patricia Pesado, Decana de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

“Las carreras de la disciplina informática son las carreras del presente en el mundo, y en Argentina, en vista de la necesidad de profesionales formados en la disciplina por el desarrollo de la industria asociada con ellas, es lógico pensar que estas carreras seguirán siendo una atracción para los aspirantes a ingresar a la universidad”, continúa.  

Por otra parte, la decana analiza el evidente impacto económico que ha tenido esta industria: “Según números de la CESSI (Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos), en 2017, se han creado más de 4000 puestos de trabajo de calidad con una retribución promedio mayor al del resto de la economía, y han crecido las exportaciones y el superávit asociado con el sector respecto al año pasado”. 

La automatización y la robótica

Dentro del desarrollo de las nuevas tecnologías, la automatización y la robótica ocupan un lugar dentro de las disciplinas consideradas prioritarias en nuestro país. La Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) es una de las instituciones que ofrecen alternativas de estudio vinculadas con la temática: Ingeniería Electromecánica con orientación en Automatización. 

“La carrera es clave para el desarrollo de fuentes energéticas alternativas, la optimización de recursos industriales, el desarrollo de las PyMes y por la posibilidad de generar nuevos emprendimientos”, dice Osvaldo Vitali, coordinador de la oferta de grado de la UNGS. “Es una de las carreras del presente y del futuro, pues interviene en la automatización y robótica cada vez más presente en nuestras vidas, y a su vez, permite desarrollar la creatividad y el ingenio para la resolución de problemas nuevos”, advierte.

Así las cosas, Vitali considera que la disciplina forma profesionales capacitados para “proyectar, dirigir, instalar, operar, controlar y mantener sistemas electromecánicos, y resolver problemas técnicos asociados a las nuevas tecnologías de automatización”, pero siempre “atendiendo a la preservación del ecosistema, el ambiente de trabajo, el uso racional de la energía y la optimización de los procesos”.