La titular del FMI, Christine Lagarde, enfatizó su respaldo al programa de ajuste y reformas comprometido por el Gobierno para habilitar el crédito por hasta 50.000 millones de dólares en tres años. “No tengo razones para dudar de que se van a cumplir los objetivos fiscales”, expresó la mandamás del organismo al referirse al recorte en el gasto público que deberá llevar adelante Hacienda. En una breve conferencia de prensa en el marco de las reuniones de banqueros centrales y ministros de Finanzas del G-20, Lagarde consideró que “la meta de inflación debe ser cumplida”. Consultada sobre la aceleración de los aumentos de precios en junio que registró un alza del 3,7 por ciento, reconoció que “se alcanzó un alto punto y hubo consultas”. La titular del Fondo explicó que la primera misión del organismo prevista para septiembre se reunirá con “la sociedad civil, sindicatos y representantes de la oposición”. Lagarde no fue la única en renovar su voto de confianza hacia el gobierno de Macri. El secretario del Tesoro de EE.UU., Steven Mnuchin, también ofreció su beneplácito. “Hemos dado nuestro respaldo en el FMI y creemos que el préstamo es más que suficiente para la Argentina”, afirmó.

 “Mi equipo y yo queríamos escuchar de primera mano cómo perciben la situación económica”, explicó Lagarde. El viaje estaba previsto en el marco de las reuniones preparatorias para la cumbre del G-20 en noviembre, pero el gobierno aprovechó su visita para intentar despejar las dudas que persisten en los mercados sobre la capacidad de las autoridades argentinas para cumplir con el programa acordado. Los desembolsos del crédito stand-by están condicionados a la implementación de un ajuste fiscal equivalente a 3,7 puntos del PBI o 19.300 millones de dólares. Al tipo de cambio vigente, la suma supera los 500 mil millones de pesos. “La sociedad que tenemos en marcha funciona inequívocamente. Estamos entusiasmados y contentos en poder ayudar a las autoridades”, celebró la abogada francesa junto al ministro Nicolás Dujovne. El Gobierno debe recortar el gasto en obra pública, achicar las transferencias a las provincias, continuar con la quita de subsidios, ajustar la plantilla de trabajadores estatales, limitar los aumentos salariales y reformar el sistema de seguridad social. La conferencia de prensa fue en un salón del Centro de Exposiciones y Convenciones porteño que amaneció rodeado por un significativo operativo de seguridad. “El FMI siempre se reúne con la sociedad civil, sindicatos y representantes de la oposición porque necesitamos entender el contexto global del programa. Esos encuentros se realizan en el marco de las misiones del Fondo. Quiero aclarar que esto no es una misión”, explicó Lagarde. Los técnicos a cargo de la primera misión de revisión del Fondo no sólo evaluarán el cumplimiento de las metas y se reunirán con dirigentes opositores, sino que comenzará a diseñar un plan de crisis para el sistema bancario. Durante la visita trazarán la hoja de ruta para hacer frente a “potenciales” episodios de corridas bancarias y quiebras de entidades.

 Como sucedió en marzo, Lagarde no ahorró elogios: “En muy poco tiempo demostraron un enorme progreso. Nuestro programa con Argentina solo lleva un mes pero hay muy buen progreso en el frente fiscal y monetario. Las medidas que tomó el BC restauraron y administraron la situación con menos volatilidad y más transparencia”, celebró la francesa que intentó hablar español pero cambió al inglés.

 La titular del organismo fue agasajada ayer por el presidente Macri con una cena en Olivos donde, según precisó, “evaluaron las medidas fiscales y políticas monetarias” previstas en el marco del programa. “Tuve el placer de reunirme con el presidente Macri, el ministro Dujovne y el presidente del Banco Central, Luis Caputo. Esos encuentros nos permitieron dialogar sobre la evolución económica reciente del mundo y de Argentina, y hacer un balance de los planes de reforma económica de las autoridades”. Optimista con los resultados del ajuste en el gasto público, consideró que “la economía se recuperará a comienzos de 2019 y bajará la inflación”. Lagarde estuvo acompañada por David Lipton, subdirector gerente del FMI y hombre fuerte en la estructura de poder. También participaron el director del Departamento del Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, y Roberto Caldarelli, jefe de la misión para Argentina. 

 A pesar de los guiños el Fondo tiene dudas. Tras su fallida intervención en la crisis griega, el organismo modificó sus criterios para otorgar créditos excepcionales como el pedido por Argentina. Ahora evalúan “la capacidad política e institucional para llevar adelante el ajuste”. El Staff Report expone las dudas que genera entre los técnicos del organismo: “Existe una preocupación vinculada a la habilidad del Gobierno para construir el apoyo para las posibles medidas que necesitan ser aprobadas por el Congreso”, indica el informe interno sobre Argentina remitido al directorio antes de habilitar el acuerdo stand-by. “Construir un consenso social alrededor de los principales elementos será crítico y desafiante, en particular a la luz de la historia de los préstamos del FMI a la Argentina”, sostiene el documento elaborado recién difundido la semana pasada. Los técnicos reconocen un “compromiso en las autoridades de alto nivel para asociarse con el Fondo”, pero advierten que “ya existen críticas significativas al involucramiento del FMI y esto va a presentar un desafío a lo largo del curso del acuerdo”.