Radar de los Trabajadores, el espacio cultural que nuclea las secretarías de Cultura de 33 sindicatos, lanzó la segunda edición del Festival de Arte Trabajador. Hasta fin de mes se están presentando noventa espectáculos a la gorra, con la participación de unos setecientos artistas, en 18 salas a lo largo de la ciudad de Buenos Aires, también en Avellaneda, Merlo y Ezeiza. Este gran evento de artes escénicas realizado con el esfuerzo colectivo de las organizaciones sindicales y de sus trabajadores abarca teatro, danza, comedia musical, títeres, entre otras disciplinas, y espectáculos para bebés, niños y adolescentes y para público adulto. Es, en palabras de sus organizadores, una forma de poner en escena esta relación que existe entre los trabajadores y la cultura, y al mismo tiempo un modo de resistencia, en estos tiempos.   

Para el armado del festival, se hizo una convocatoria que tenía como requisito que al menos uno de los integrantes del elenco o del equipo técnico fuese afiliado a alguno de los sindicatos convocantes, y que se tratase de obras de autores latinoamericanos. A partir de la gran respuesta que tuvo esa convocatoria, quedaron seleccionadas las noventa obras que pueden verse a lo largo de este mes. “Pensamos no sólo en los trabajadores de la cultura definidos como tales, también en todos los trabajadores de nuestros sindicatos –que pueden ser bancarios, ladrilleros, curtidores– que hacen teatro, danzas, artes, y que son muchos. Quisimos que este también sea un espacio para que ellos pudiesen mostrar su arte”, advierte Agustina Balduzzi, coordinadora de Radar de los Trabajadores.

Si bien todas las funciones son a la gorra, las entradas deben reservarse previamente en www.radardelostrabajadores.com. Allí puede verse una completa grilla que por ejemplo propone para hoy a las 20.30 el musical Mishiadura bailable en el Auditorio Ute (Bartolomé Mitre 1984); el ciclo Teatro desocupado con Dos palomas y La palabra del señor en el Centro Cultural El Sueñero (Tomás Liberti 1133, en La Boca), la adaptación de La Nona en el Auditorio de sindicato de Docentes Privados (Sadop, en Tte. J. D. Perón 2625). O una obra de tan estricta actualidad como El veredicto: tu voto decide, de Daniel Kersmer y Paula Lagos. Allí se plantea un dilema en un juicio por jurados, y es el mismo público el que debe terminar sentenciando al culpable de un asesinato. “¿Qué haríamos si la justicia dependiera de nosotros? ¿Qué hacemos cuando votamos?”, plantea el avance de la obra que podrá verse en el Auditorio Malvinas de La Bancaria (Sarmiento 341).

Entre la extensa programación también hay espectáculos para chicos, y así mañana a las 16 se presenta la obra de títeres Fábulas del jardín (también en el auditorio de La Bancaria). El domingo a las 15 la bella obra Colores de América, un musical para chicos que recorre las danzas y los ritmos del continente, en la Sala Gastón Barral de la Uocra (Rawson 42, en el barrio de Caballito); a las 15.30 Los cuentos de la buena pipa en Casa Gatica (Sánchez de Bustamante 551), y a las 16.30 Romeo y Julieta, una tragedia de papel en la Casa de la Cultura de Merlo (Av. Calle Real 298).

“Toda esta movida está pensada como un espacio de encuentro donde, en este momento de vaciamiento cultural, seamos los sindicatos los que cuidemos e impulsemos el arte. Y donde la cultura aparece como un eje de unidad”, agrega Ayelén Fagiani, de la Secretaría de Cultura de La Bancaria, seccional Buenos Aires. Y menciona un próximo evento organizado por Radar de los Trabajadores que irá en el mismo sentido: el segundo Encuentro de Trabajo y Cultura “Emergencia Cultural”, que tendrá lugar el próximo 20 de octubre, en el Centro Cultural del mercado de Avellaneda.

“En este contexto tan difícil, organizar estos encuentros es un acto de resistencia. Y una manera de significar el movimiento obrero, en una coyuntura en que sindicatos como el nuestro están todo el tiempo esta en la calle, en la defensa de los puestos de trabajo, del cumplimiento de las paritarias. En este contexto, darnos una política cultural donde se muestra el trabajo cultural de los trabajadores y trabajadoras de los distintos sindicatos, y que expresa la unidad en algo concreto, es también un modo de resistir”, define María Frondizi, del Area Culturas de Ate Capital, que depende de la Secretaría de Acción Social. “Hoy, la cultura, el teatro independiente, y hasta el comercial, están en crisis. Y esto no es una productora, somos un colectivo de compañeros llevando adelante un sueño, con una mirada de la realidad en que se desenvuelve. Es un encuentro con otros y otras que nos devuelve alegría y que nos permite contenernos entre todos. Habernos mandado a hacer esto por segundo año consecutivo, mostrando así cómo el movimiento obrero genera hechos artísticos y culturales... ¡vaya si no es un acto de resistencia”, se alegra.