“Nuestra facultad tiene una sensibilidad distinta frente a las problemáticas que vive el país”, aseguró la decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Carolina Mera, tras 25 días de toma estudiantil en la institución. El Centro de Estudiantes convoca a que mañana se vote en asamblea el fin de la toma, mientras que la gestión informó el jueves a toda la comunidad que las actividades en la Facultad se encuentran suspendidas por tiempo indeterminado, por no estar dadas las condiciones de seguridad e higiene necesarias. Agrupaciones estudiantiles denunciaron un “boicot” a la medida de fuerza.

La toma en Sociales, la única de las facultades de la UBA que permanece ocupada, permite el dictado de clases, pero no la apertura de las direcciones de carrera y los espacios de trabajo no docente. Mera aseguró que el diálogo con los estudiantes es “permanente” y que la gestión incluso comparte algunos de los reclamos estudiantiles, como aquellos vinculados con la necesidad de que se incrementen los fondos para obras de infraestructura.

“Hay que salir de la dicotomía toma o no toma, y mirar el contexto nacional en que estamos. Como gestión creemos que la mejor forma de luchar contra el modelo neoliberal que atenta contra la educación pública, la ciencia y la tecnología, y que estigmatiza a las Ciencias Sociales, es con la Facultad funcionando, produciendo conocimiento crítico para dar respuesta a lo que está pasando en el país”, sostuvo la decana. 

El jueves por la noche, la gestión de la facultad comunicó que debido a un informe sobre el estado de situación del edificio elaborado por su Secretaría de Hacienda y Administración, se vio “en la obligación” de suspender todo tipo de actividad programada en la sede Santiago del Estero, por tiempo indeterminado. Según el comunicado, no están garantizadas las condiciones de seguridad e higiene para el normal funcionamiento, debido a factores vinculados con la toma estudiantil: el bloqueo de salidas de emergencia con candados y sillas, el no funcionamiento de los ascensores y la imposibilidad de que ingrese la empresa de mantenimiento, la falta de luz en varios sectores por la imposibilidad de acceder a los tableros de electricidad, y la acumulación de basura, entre otros. 

La decisión fue criticada por los estudiantes que participan de la ocupación. “Fue un intento de boicot a la toma. La facultad está más limpia y ordenada que cuando no hay toma, y los problemas de infraestructura son anteriores y los venimos denunciando. El otro día incluso se cayó una lámpara de techo. Además, los ascensores se rompen todo el tiempo, nos falta una biblioteca adecuada para la cantidad de estudiantes y una guardería infantil”, aseguró la estudiante de Trabajo Social y vocal del Centro de Estudiantes por La Mella, Florencia Seminara.

Por su parte, la presidencia del Centro de Estudiantes, que ejerce la agrupación La UES, convoca a una asamblea para votar hoy el fin de la toma. Desde la organización aseguraron que si bien en un principio apoyaron la medida, luego de tres semanas consideran que ya cumplió su objetivo y resaltaron la importancia de que se reinicie el funcionamiento administrativo de la facultad. “Que haya menos estudiantes en la Facultad debilita al movimiento estudiantil. El gobierno nacional va a seguir con su política de ajuste, y tenemos que tomar medidas que lo visibilicen, pero que no nos perjudiquen como estudiantes” aseguró el militante de La UES, Diego Riquelme.  

Desde la agrupación El Mate Nuevo Encuentro apoyan el levantamiento de la toma, pero criticaron la “baja participación” de la conducción del Centro de Estudiantes en la medida. “Tenemos la responsabilidad ineludible de masificar el conflicto. La toma ya no interpela a mucha gente que está preocupada por defender la educación pública, pero también por la continuidad de sus estudios. Hay que abrir los espacios de trabajo no docente y las direcciones de carrera, pero mantener encendido el piso de organización en comisiones de base que logramos”, afirmó la referente Malena Paz. 

Los trabajadores no docentes de la Facultad, que ya retomaron sus tareas en la sede Marcelo T. de Alvear, continúan reclamando la reapertura de su paritaria. " Aceptar el 15 por ciento de aumento que la dirección del sindicato acordó con el gobierno, cuando ya hoy la inflación supera el 20 por ciento, es una reducción salarial”, aseguró el secretario general de la comisión interna de trabajadores no docentes de la facultad, Juan Diez, de la Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aires (Apuba).