La Justicia norteamericana acusó por primera vez a rusos por intentar interferir en las elecciones del mes que viene. El Departamento de Justicia informó ayer que presentó cargos contra Elena Alekseevna Khusyaynova, de 44 años, residente en San Petersburgo y empleada del notorio empresario Yevgeni Prigozhin, conocido como “el cocinero de Putin” por sus operaciones de desinformación a favor del presidente ruso. Prigozhin ya fue acusado en febrero de haber orquestado una guerra sucia informática en las elecciones de Estados Unidos de 2016.

Los cargos contra Khusyaynova son peculiares: “difundir la desconfianza hacia candidatos a lugares políticos y hacia el sistema político del país”. La acusada fue descripta como una gerente de confianza y contadora de Prigozhin que según los fiscales administró millones de dólares usados en comprar espacios en las redes y comprar páginas web para “promover noticias falsas en las redes sociales”. 

Los investigadores, citando informes de inteligencia y del FBI, explicaron que entre 2016 y 2017 Prigozhin y su equipo gastaron 35 millones de dólares en propaganda por las redes, pero que en estos diez meses de 2018 ya gastaron diez millones. “El peligro es real y continúa existiendo”, dijeron.