El presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, reafirmó su rechazo al proyecto que impulsa Mauricio Macri para que los clubes puedan dejar de ser asociaciones civiles sin fines de lucro y pasen a ser controlados por empresas privadas, dejando de lado su rol social. "Lo de las SAD es una propuesta que tenía en mente desde siempre este gobierno. Pero tener ganancias no puede ser el único objetivo de un club de fútbol", dijo Lammens.

La iniciativa para abrirle paso a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) necesita una reforma en los estatutos de la AFA y el debate es si esa votación, que se haría el 29 de noviembre, debe ser secreta o no. Al respecto, el dirigente cuestionó “el lobby” que algunos de sus pares vienen haciendo porque el voto sea secreto y se preguntó: “¿Qué hay que ocultar?”.

"Esta discusión hay que darla de cara no sólo a los socios que son dueños de los clubes, sino de cara descubierta a la sociedad, por el rol social que cumplen los clubes. Estamos defendiendo la vida de instituciones centenarias que definen nuestra identidad", planteó Lammens.

El dirigente reafirmó su rechazo al proyecto y dijo que “es dogmático, falso e ingenuo creer que las SAD mejoran la administración de los clubes”. “En Argentina tenemos la experiencia de Racing Club que es una experiencia muy triste e ineficiente para los hinchas", recordó Lammens sobre el desastroso gerenciamiento que vivió el club de Avellaneda. Además, rechazó la idea de “querer parecernos en todo a Europa” porque “nos lleva a querer implementar cosas que no fueron buenas”. “Lo que pasó con Valencia y el Parma son experiencias malas", señaló.

En esa línea, consideró que hay una “contradicción muy fuerte” en el discurso del gobierno porque mientras celebra los resultados de los Juegos Olímpicos de la Juventud esconde “que esos atletas llegaron a su lugar porque se formaron en nuestros clubes”. “Si esos atletas se hubiesen formado en clubes 'rentables' no hubiésemos tenido ningún éxito", aseguró Lammens.

Además, el presidente de San Lorenzo aseguró que desde el Ejecutivo se presiona a los dirigentes con la posibilidad de desfinanciarlos al derogar el decreto 1212, que establece un régimen especial de aportes personales de los futbolistas, y contribuciones patronales de los clubes al Estado.