Sergio Wolf filmó en la Casa Rosada y en Campo de Mayo. De la experiencia de haber filmado en esos sitios emblemáticos señala: "Me interesaba que los lugares de la acción estuvieran en la película, que pudiéramos viajar a esos lugares". En Campo de Mayo tuvieron restricciones. "Filmamos custodiados por un coronel del Ejército atrás de la cámara, que todo el tiempo me decía: 'Eso no estaba en 1987, mejor eso no lo filmes'. Una locura", sostiene el director, a quien tampoco le permitieron filmar personas. "Ni militares ni soldados ni nada. Yo tiendo a pensar que en el documental las limitaciones nos hacen libres. Me obligan a pensar cómo filmar. A veces, la libertad absoluta en el cine es un problema y en el caso del documental se filma, a veces, mucho material que no se sabe si va a servir. Y la libertad puede ser un problema y no una solución".