A poco de que se conociera el dramático testimonio de Thelma Fardin, quien denunció ser violada por Darthes cuando tenía 16 años, la gobernadora María Eugenia Vidal aprovechó para hacer gala del supuesto acompañamiento que brinda la provincia de Buenos Aires a las víctimas de violencia de género. Rápidamente los usuarios de las redes cuestionaron sus palabras y le recordaron la subejecución del presupuesto para la violencia de género bonaerense, además del duro ajuste que implementó en el sector. 

Las trabajadoras que atienden la línea 144, mencionada por la gobernadora, denuncian que hacen falta “políticas públicas integrales” de parte de la gobernación para atender los casos, que muchas veces no se pueden acompañar por la falta de recursos. Además, desde ATE advirtieron que las trabajadoras que nombró la mandataria no forman parte de la planta del Estado porque “están tercerizadas” e inscriptas como empleadas de comercio. 

“Todos tenemos que hacer nuestro aporte para terminar con la violencia de género, desde el Estado, la Justicia, la educación y la sociedad debemos ayudar y trabajar para poner fin a la realidad tan dolorosa que viven miles de mujeres”, manifestó ayer Vidal al hablar del “dolor” que le produjo la denuncia pública de Thelma contra el actor Juan Darthes, quien ya contaba con otras tres denuncias de acoso de tres actrices distintas que habían sido desestimadas. 

En sus tweets, la gobernadora aseguro que “desde el Estado estamos acompañando para que las mujeres no estén solas” y agregó: “Tenemos la aplicación Seguridad Provincia para que las víctimas de violencia puedan hacer denuncias anónimas y sin ir a la comisaría, y la línea 144”. 

Sus dichos contrastan con las medidas gubernamentales porque en 2016, a sólo seis meses de haber asumido, cerró programas destinados a combatir la violencia de género y mantuvo un presupuesto ínfimo de 4,50 pesos por cada mujer. Este año continuó con esa línea de políticas públicas que no tienen en cuenta el padecimiento de las mujeres, porque el 24 de mayo de este año despidió a cuatro trabajadoras sociales y una abogada de la línea 144 “por participar de medidas de fuerza”. Finalmente, se vio obligada a reincorporarlas luego de que su caso se hiciera público. Las mujeres estaban denunciando precisamente el intento de “desarticulación de las políticas de género” por parte de la administración de María Eugenia Vidal. Una trabajadora todavía sigue luchando para dejar sin efecto su desvinculación. 

“La línea 144 es producto de la lucha del feminismo, es una política que vamos a  seguir defendiendo porque nos parece fundamental, pero es un espacio de atención que este gobierno lo tercerizó. Las compañeras que atienden están a empleadas de comercio, con lo cual tanta importancia como Estado no parece tener el tema”, contó a Página/12  la delegada de ATE Cintia Nucifora. El trabajo específico, y necesario, que realizan las chicas de la línea tiene que ver con el acompañamiento a la mujer que sufre violencia de género. 

Es la primera voz que escuchan quienes tienen pensado radicar una denuncia por violencia machista. Allí atienden la llamada, conversan con la mujer e intentan encontrar juntas una lectura a la situación que están afrontando, evalúan el riesgo existente y las ayudan a tomar una decisión. 

“No siempre la denuncia es lo primero que hay que hacer, porque hay que tener en cuenta los tiempos de las mujeres para poder hablar. Como Estado, hay que ayudarlas a tomar fuerza para poder hablar y a veces la denuncia es el final de un camino y no el principio”, contó Nucifora. Sin embargo, su trabajo se ve obstaculizado muchas veces por la falta de recursos. “No siempre existen las políticas necesarias para que las mujeres puedan tener el acompañamiento en el territorio. El servicio de atención no funciona las 24 horas por falta de recursos y las mujeres que salen a la madrugada pasan pasan la noche en un comisaria o hospital porque no hay lugar “, indicó ante la falta de acompañamiento que reciben las mujeres. 

La delegada de ATE aseguró que la situación empeora con los despidos que se replican en el sector público, que afectan aún más la atención de las mujeres. “Planteamos que se necesitan políticas integrales, acompañar y fortalecer a las mujeres, que tengan un marco de contención para elaborar y tomar ellas las decisiones sino el estado actúa en un rol paternal y anula sus decisiones”, subrayó.