El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel sostuvo que el envío de la supuesta ayuda humanitaria a Venezuela es “un show” que forma parte del “golpe político” con el que se “intenta justificar la presión” sobre el gobierno de ese país, y advirtió que Estados Unidos intenta abrir “un frente de guerra en el continente” que quienes defienden la autodeterminación de los pueblos “estamos tratando de evitar”.

“La ayuda humanitaria debe ser llevada por la Cruz Roja o los organismos internacionales, y no a través de los que están montando esto, que es más un show que una realidad”, criticó el referente de derechos humanos, quien cuestionó duramente al gobierno de Mauricio Macri por ser parte de los presidentes que “no defienden la democracia sino sus intereses económicos”.

Durante una entrevista por Radio KLA, Pérez Esquivel advirtió que “la amenaza” de la intervención militar en Venezuela impulsada por el gobierno de Donald Trump es un intento de “traer la guerra” al continente, algo que “sería gravísimo” para todos los países. “Ya hemos sufrido mucho, somos sobrevivientes de la tragedia, no queremos guerra en ningún país latinoamericano”, agregó.

Además, sostuvo que a pesar de que él no está “del todo de acuerdo con el gobierno de Nicolás Maduro”, su postura es que “los problemas de Venezuela tienen que ser resueltos por su pueblo” porque “debe respetarse el derecho de autodeterminación de los pueblos, a través de acuerdos internacionales llegar a soluciones justas”.

En este sentido, recomendó “hacer una lectura serena y más profunda” de lo que ocurre en su país, para así entender que “los problemas allí son generados desde los Estados Unidos” con “presiones” que se traducen en “vaciamiento económico, bloqueos e inestabilidad” política impulsada a través de la promoción de Juan Guaidó, como presidente autoproclamado con aval de Washington.

“Ninguno de los gobernantes que apoya esto, incluso Macri, dicen una sola palabra de Honduras, donde se violan sistemáticamente los derechos humanos, donde hay periodistas muertos, presos exiliados, y una violencia social y estructural tremenda. Esto no señala (porque) Estados Unidos tiene sentadas ahí sus bases militares”, remarcó.

Además, vinculó estos “intentos de golpe de estado” y de “un conflicto armado” en Latinoamérica como complemento del “lawfare, la guerra judicial” que se impulsa en países contra los gobernantes “que se acercaron al pueblo”.