Que el Gobierno nunca tuvo brújula en índole económica, eso está claro. El anuncio de un nuevo paquete de medidas económicas, a destiempo de todo, desnuda la poca cintura política de un gobierno turbado por un panorama electoral adverso, que recurre a manotazos de ahogado para ver si puede detener una atmósfera social en llamas. Un clima de época donde abundan las panzas vacías, como producto de las políticas públicas deliberadas que se establecieron a lo largo del mandato cambiemita.

Con el anuncio de esta semana nos enteramos de que 60 productos de la canasta básica mantendrán su precio durante al menos seis meses. Más allá del vano intento de humanización a través del video grabado con el que se lo comunicó, esta medida es un claro y auténtico manotazo de ahogado de Mauricio y sus secuaces, que sólo se acuerdan de contener los aumentos dañinos para el pueblo argentino cuando tienen que pedirles el voto. Cuando el mercado interno ya está desplomado.

Incluso esta determinación refleja lo poco tiempista que ha sido Cambiemos, a lo largo de todo su mandato: preanunció el acuerdo y les dio tiempo a los supermercadistas a anticiparse a la jugada y remarcar los precios en un 15 por ciento.

Al inicio del documento difundido con las medidas, el Gobierno apunta que estas fueron consensuadas con el “sector productivo”. Evidentemente, las pymes, las cooperativas y los productores agrarios no somos parte del sector productivo para ellos, porque con nosotros no consensuaron nada. Para nosotros, que somos el motor productivo del país, sólo hay medidas vinculadas a planes para pagar las deudas: sólo les importa que garanticemos el pago de multas por falta de ingresos, falta de ingresos que son producto de lo que ellos mismos provocaron, sin medidas que impliquen reactivación productiva. Sin reactivación no hay mercado interno. Sin mercado interno no hay consumo y, por ende, tampoco generación de empleo y distribución de la riqueza.

En el paquete de medidas, hablan también de impulsar una “Ley de Lealtad Comercial” para evitar el “abuso de posiciones dominantes”. Irónico, ya que desde sus comienzos el modelo económico de Cambiemos lo único que hizo fue dinamitar la soberanía del entramado productivo, llevando a una mayor concentración de la economía y favoreciendo intereses foráneos con una brutal apertura de las importaciones.

Sobre los tarifazos en electricidad residencial manifiestan que “se va a hacer cargo el Estado”. Ergo, lo pagamos todos los argentinos. Sigue la colosal transferencia de recursos del pueblo a las empresas energéticas, amigas y/o propias. Y siguen sin contemplar tarifas subsidiadas para quienes producimos.

La única certeza que hoy tenemos los actores ligados a la producción nacional es la de volver a tener un gobierno que tenga a la Industria y al Trabajo como política de Estado. Esto es lo único que nos garantiza ponerlo a favor de las grandes mayorías y no al servicio de unos pocos; no debemos evitar la comparación entre un gobierno como el de Cambiemos que fomenta la timba financiera y el de CFK que fomentó la producción y la generación de empleo como nunca antes, promoviendo el consumo, con tarifas subsidiadas para la producción. La única con plena consciencia de la justicia social, la que garantizaba un plato de comida en las mesas de todos, todos los días, y no simplemente un asadito dos meses antes de las elecciones.

El de hoy es un Estado endeble, que no actúa a la hora de garantizar derechos y políticas públicas. Sólo pone parches. El anuncio de hoy no será recordado como más que eso. Sin capacidad de control, sin contemplación de sanciones. Un parche para no llegar a octubre peor de lo que estamos. Demasiado tarde. 

* Titular del Frente Productivo Nacional.