Las derechas contemporáneas, las nuevas derechas o las derechas latinoamericanas, son algunos de los nombres que se le adjudican a los procesos políticos que se afincaron recientemente en la región, tras el agotamiento de lo que fue llamado “la marea rosa”. Los baldazos de agua fría que sufrieron algunos países latinoamericanos, volvieron urgente la tarea de realizar un análisis específico de cada uno de ellos, atendiendo a su particularidad histórica, política y económica, porque no todos los casos son iguales pero algo suena familiar. Más allá de la nomenclatura, cabe subrayar la importancia que tiene desarrollar este objeto de estudio ya que permitirá salir del sentido común, la queja o el estupor y evitar exabruptos y simplificaciones insensatas.

Tal es el trabajo que vienen desarrollando, por ejemplo, el Observatorio de las Elites Argentinas del Idaes (Unsam) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), más enfocado en América Latina y el Caribe. Ernesto Bohoslavsky es historiador, dirige el Grupo de Trabajo de Clacso llamado “Derechas contemporáneas: dictaduras y democracias” (2016/2019) en el cual participan sociólogos, historiadores y politólogos. Además, es investigador-docente adjunto regular y co-director de la Maestría en Historia Contemporánea en la Universidad Nacional de General Sarmiento e investigador adjunto (CONICET). Doctor por la Universidad Complutense de Madrid (Programa ‘América Latina Contemporánea’ del Instituto Universitario y de Investigación Ortega y Gasset, 2006) y Magíster en Ciencias Sociales con especialidad en Antropología e Historia (Colegio Universitario Andino del C.E.R.A. ‘Bartolomé de las Casas’ de Cusco y FLACSO), Bohoslavsky investiga las derechas de la región, en diversos períodos históricos, desde hace más de 15 años y considera que las derechas contemporáneas se convirtieron en un objeto de estudio fundamental para las instituciones, universidades y centros de estudios. Pero además, señala que este debate ha trascendido la barrera académica y se instaló como un tema candente en la opinión pública, con lo cual, resulta de gran interés para la política. Por lo pronto, hace falta conocer un proceso que lleva más de una década de construcción política y que muestra eficacia –lo que no equivale a decir legitimidad– en sus métodos para acceder al poder.