En un breve comunicado, la Confederación General del Trabajo (CGT) repudió "enérgicamente"  que "la violencia de un grupo de provocadores pretenda desvirtuar una manifestación”. La central sindical no había convocado a la movilización pero dio libertad de acción a los sindicatos. 

“La violencia de los grupos radicalizados impide que los trabajadores organizados, jubilados y ciudadanos, descontentos con el proyecto de ley en tratamiento, pudieran expresar libre y pacíficamente su oposición”, aseguraron Carlos Acuña, Juan Carlos Schmid y Héctor Daer, los tres secretarios generales de la CGT.

Ya más temprano, el Consejo Directivo de la central obrera había adelantado que no participaría de la movilización al Congreso.

“La CGT no participa ni comparte la violencia como forma de protesta y deslinda toda responsabilidad con los hechos de público conocimiento. Sólo en paz y unidad los trabajadores podemos manifestar nuestras disidencias”, culmina el comunicado.