El estreno que reúne expectativas es el que tiene por protagonista al director mexicano Guillermo del Toro, quien con La forma del agua (en la foto) ha reunido trece nominaciones al Oscar, así como obtenido dos Globos de Oro. Se trata de un relato en clave fantástica, ambientado en los años '60 y la Guerra Fría, que retrata el vínculo romántico entre una joven muda, conserje en un laboratorio, con un hombre anfibio allí retenido. El reparto incluye a Sally Hawkins, Doug Jones, Michael Shannon y Richard Jenkins.

De acuerdo con la nómina que dictan los Oscar, hay dos títulos más. Uno de ellos es el reestreno de ¡Huye!, el film de terror irónico y racial que dirige Jordan Peele, nominado como mejor película.

El otro es Llámame por tu nombre, con cuatro nominaciones, incluyendo mejor film. La película dirigida de Luca Guadagnino recrea la historia de un amor adolescente, de tinte homoerótico, durante el verano de 1983 en Italia. La reunión fortuita entre Elio (Timothée Chalamet) ‑sumido en sus juegos, rodeado de alta cultura‑ y Oliver (Armie Hammer) ‑un erudito norteamericano que hace allí su doctorado‑ desencadena un despertar inesperado.

En El robo perfecto, el director Christian Gudegast reúne a Gerard Butler, Pablo Schreiber y Evan Jones, en el rol de un grupo de ladrones que planea su gran asalto: hacerse con los 120 millones de dólares que todos los días se sacan de la circulación y la Reserva Federal destruye. En otro orden, quien vuelve a hacer de las suyas es el gran Nick Park. El director de Pollitos en fuga estrena El cavernícola con la técnica que le consagrara: animación stop‑motion. En este caso, se trata de la prehistoria compartida entre un humano y un jabalí, enfrascados en el enfrentamiento sostenido por dos civilizaciones: la Edad de Piedra y la de Bronce. El conflicto parece que se resuelve a través de la invención del ¡fútbol!

Por último, el film Una mujer fantástica (Chile/España, 2017), presenta una producción dirigida por Sebastián Lelio, con los protagónicos de Daniela Vega, Francisco Reyes y Luis Gnecco. En este caso, el proyecto compartido entre Marina y Orlando queda trunco con la muerte de éste, lo que obliga a Marina y sus aspiraciones de ser cantante a poner a prueba su personalidad de cara al entorno, su familia, y la sociedad misma.