El máximo tribunal es probable que lo acuse de ser el jefe de “organización delictiva” responsable por la destrucción del Palacio del Planalto en la intentona golpista.
Mientras el galardonado film sobre la dictadura brasileña rompe records de audiencias, el bolsonarismo emprendió una campaña de odio para intentar desacreditarla.
El film dirigido por Walter Salles retoma el caso del ingeniero Rubens Paiva, detenido y desaparecido por la dictadura militar. Al revés de los bolsonaristas, Lula recomienda la película.
El presidente brasileño dijo "estoy vivo", tal vez dirigiéndose a los responsables de las usinas derechistas, desde donde se llegó a postear un certificado de defunción apócrifo.
Los médicos explicaron que Lula sintió un fuerte dolor de cabeza el lunes, por lo que realizaron una resonancia magnética que mostró una hemorragia intracraneal, consecuencia de la caída que sufrió hace dos meses.
El mandatario uruguayo hizo explícito su apoyo su par brasileño en un clima enrarecido por el juicio contra Bolsonaro y la detención de sus colaboradores militares.
En la lista de 37 imputados, 25 de ellos militares, como integrantes de la trama para matar a Lula y perpetrar un golpe, hay un sólo extranjero: el argentino Fernando Cerimedo.
¿Cómo se explica que un cerrajero de Santa Catarina viva más de tres meses en Brasilia, pague sus gastos personales y compre el material para producir el atentado sin el apoyo de una organización?
Protección de la democracia, política ecológica en apoyo al Acuerdo de París y freno a la ultraderecha continental.
Lula, cuyo apadrinado Boulos sufrió una derrota en San Pablo, sigue firme candidato a la presidencia y Bolsonaro sale desfavorecido de estas elecciones.