Deudólares, deudólaras, deudólatras, y demás deudos y deudas: podría decirles que estamos viviendo tiempos difíciles, pero no estaría aportándoles nada nuevo, lo que sería un craso error en una &nb
El amor garpa. O como diría el sumo Maurífice en inglés: love garps. Usted lo sabe, deudólar, y usted también deudeuro.
¡Hola, deudólar! ¿Cómo va la ola? ¿Contando chirolas? ¿Haciendo la cola? ¿Golpeando la base de la cacerola? ¡La inflación asola, se corre la bola, y si protestas te meten en gayola!
¿Cómo andan, lectores, lectoras y lectoros? (perdonen la “i” y la “u”, no quise discriminarlas).
¿Cómo le va, lectora? ¿Qué cuenta, lector?
¿Cómo le va lectora? ¿Cómo está, lector? ¿Cómo están todas, y todos? Yo estoy bastante confundido, lo que no deja de ser una mejoría, ya que hace unas tres semanas estaba absolutamente confundido.
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