AJEDREZ › FINALES ARTíSTICOS Y PROBLEMAS, LA BELLEZA QUE ALCANZAN LOS COMPOSITORES

La poesía del ajedrez

Los principales artistas del tablero. Entre ellos, el argentino Arnaldo Ellerman (1893-1969), conocido mundialmente como “el rey del mate en dos”.

 Por MF Marcelo Reides *

Al lector de estas líneas le resultarán familiares los nombres de Capablanca, Fischer o Kasparov, pero probablemente le sean totalmente desconocidos los de otros ilustres como Rinck, Ellerman, Kasparian, Sidorov o Pervakov. Sin embargo, estos últimos también han destinado miles de horas al estudio y la producción ajedrecística. Fueron, o son, grandes artistas del tablero, en un ámbito paralelo al de la partida de ajedrez: el de la composición ajedrecística.

Esta actividad desconocida para muchos aficionados y subestimada por algunos expertos fue también considerada, por ajedrecistas y literatos (como Vladimir Nabokov), “la poesía del ajedrez”. Las complejas e ingeniosas relaciones entre las piezas de un problema exigen que cada una de ellas ocupe un único y necesario lugar. Las posiciones inventadas por el artista de la composición pueden revelarnos ocultos y sorprendentes temas tácticos o estratégicos, fascinarnos por su resolución inesperada, paradójica o didáctica, o bien por la precisión de las maniobras requeridas.

Los compositores suelen especializarse en una de dos variantes: estudios (o finales artísticos) y problemas. Los primeros se refieren a una posición con pocas piezas en el tablero, en el cual las blancas tienen que obtener una ventaja decisiva o empatar en una posición aparentemente perdida. Estos estudios guardan una estrecha relación con la teoría de finales, al punto de que entrenadores de primer nivel mundial estimulan la resolución de los mismos. Según el ex campeón mundial ruso Anatoli Karpov, los finales artísticos “desarrollan las aptitudes combinatorias, la técnica del cálculo y mejoran la comprensión de las leyes del final”.

Los problemas, por su parte, son posiciones donde las blancas suelen contar con una gran ventaja y lo que se pide es dar jaque mate en la menor cantidad de movidas posibles. A diferencia de los estudios, el tipo de posiciones que aquí se tratan suelen ser muy distantes de las del ajedrez de torneo. En esta disciplina, Argentina tuvo a su Messi con Arnaldo Ellerman (1893-1969), conocido mundialmente como “el rey del mate en dos”, de quien podemos ver un ejemplo de su trabajo en el cuadro adjunto (diagrama 1). Ellerman fue el compositor más prolífico y de mayor calidad en este género: compuso más de cinco mil problemas y obtuvo 1292 distinciones en los principales concursos de la especialidad, incluyendo 115 primeros puestos y 111 segundos puestos.

Los compositores de ajedrez tienen sus propias estructuras organizativas que regulan lo relativo a los concursos internacionales, así como congresos de la especialidad que otorgan los títulos de maestro y gran maestro internacional de composición. Por todo el mundo hay distribuidos clubes y asociaciones de compositores. En nuestro país, desde 1969 funciona la mítica “Peña del mate ayudado” en la sede del centenario Club Argentino de Ajedrez, adonde se reúnen los mayores exponentes de esta técnica de composición. De este grupo, llamado “el círculo mágico”, podemos ver un problema sencillo de mate en dos (diagrama 2), el cual fue elaborado como obsequio a uno de sus miembros y a su futura esposa con motivo de su casamiento. El detalle es que la distribución de las piezas dibuja un corazón.

Hasta la década de 1990, el proceso de creación de un problema podía llevarle meses al compositor, quien debía testearlo en su club local antes de enviarlo para su publicación o participación en algún concurso. Pero aquí también se hicieron presentes las computadoras y sus módulos de análisis, que cambiaron las rutinas de preparación y evaluación, descubrieron errores de composición y demolieron bellos estudios y problemas al encontrar otra solución o una defensa totalmente inesperada. A pesar de ello, algunas joyas de la creación humana permanecen virtuosas, demostrando su precisión y ganándole la batalla del ingenio a los módulos informáticos más fuertes.

Tomemos por caso un trabajo de 1904 de H.Neustadl (diagrama 3), en el que los módulos de análisis más recientes –de fuerza superior a cualquier gran maestro humano– consideran ventaja decisiva de las negras, incluso en la posición final del estudio tras la quinta movida blanca. Los ajedrecistas informatizados pueden comprobar que sus dioses se equivocan. Programas como Houdini 4, Fritz 11, Komodo 7 y Stocfish 5 ven a las negras vencedoras y no reconocen la posición de fortaleza inquebrantable –ya analizada por Walker en 1841–, donde una torre, gracias a un peón en g2, se desplaza de f3 a h3 y resiste los embates de una dama.

Los campos de la composición de estudios y la competición deportiva dieron pocos ejemplos de maestros que se destacaran en ambas ramas. En nuestro país, el maestro internacional Alberto Foguelman (1923-2013) es un ejemplo de fusión de ambos talentos. Este histórico jugador del Club de Ajedrez de Villa del Parque supo ser un fuerte maestro que integró los equipos olímpicos de 1960 y 1962, y compartió con los grandes maestros Enrique Mecking, Julio Bolbochán y Oscar Panno el primer puesto del zonal de Río Hondo 1966, clasificatorio para desafiar al campeón mundial. En 1984, luego de retirarse de la práctica deportiva, se metió de lleno en el mundo de la composición, estimulado –como otros tantos– por el compositor, difusor y mecenas Oscar Carlsson. En el diagrama 4 vemos una de sus primeras obras, en la que trabaja el tema del ahogado como recurso salvador.

Otro caso emblemático es el del matemático y ajedrecista inglés Jonathan Nunn, jugador profesional que en la década de 1980 estuvo entre los mejores jugadores del mundo y que actualmente ocupa el séptimo puesto entre los grandes maestros internacionales ingleses, con un elo de 2597. Además, Nunn es gran maestro en solución de problemas y campeón mundial de esta especialidad, cuya competencia anual organiza la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), desde 1977 en equipos y desde 1983 en forma individual.

Concluiremos con un problema de su autoría, cuyo enunciado es una combinación de “mate ayudado” y “partida justificada”. Dice así: “Una partida comienza con 1.e4 y finaliza en la quinta jugada, cuando un caballo negro captura una torre con mate”. No daré la solución. Coloquen las piezas como para empezar una partida, hagan su intento y vean. No se desilusionen si no logran imaginar la secuencia de movidas de la partida. Según el director del famoso sitio chessbase.com, Frederic Friedel, no pudieron siquiera los mismísimos Karpov y Kasparov.

* Docente y coautor junto a Gustavo Aguila de Por los nuevos laberintos del ajedrez, obra didáctica sobre el mundo de los problemas de ajedrez.

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