CULTURA DIGITAL › PáGINA/12 EN EL TECHCRUNCH DISRUPT DE ESTADOS UNIDOS

El extraño negocio global de ser “disruptivo”

La ciudad de San Francisco oficia como espacio ideal para el intercambio de proyectos para Internet. La gran diferencia: esas ideas puedan convertirse en productos globales. En la jerga tecnológica: es el arte de ser disruptivos.

 Por Mariano Blejman

Desde San Francisco

“Que los autos hayan sido inventados antes que las computadoras es un error del sistema”, dijo provocador Erich Schmidt, presidente de Google y uno de los principales responsables de que el buscador sea el monstruo del nuevo milenio. Y no es una novedad, tan sólo una confirmación: la forma en que usaremos Internet comienza a configurarse en San Francisco, mucho antes de que esas costumbres se hagan realidad. La ciudad es el “Ground Zero” de Internet, como bien dijo su dandy alcalde Gavin Newsom, promediando uno de los tres días que duró el TechCrunch Disrupt, que es una conferencia organizada por el blog especializado en tecnología al que asistió Página/12. El TechCrunch Disrupt tiene un subtítulo “Start-up Battlefield” (la batalla de las start-up) y un slogan: “Crear, destruir, repetir”. Es uno de los tantos eventos usados por las empresas de la nueva economía para lanzar productos, hacer negocios, escuchar ideas, intercambiar tarjetas y, claro, configurar el futuro. Está auspiciado por casi todas las grandes corporaciones del software, como Google, Microsoft, Motorola, Skype, y los grandes capitales como Sequoia, entre otra decena.

Las noticias sobre las nuevas ideas para Internet que explotaron a través de miles de mensajes enviados por Twitter, en las redes sociales, en medios especializados y también en los diarios tradicionales más importantes de Estados Unidos, se distribuían con una velocidad increíble digna de ser interpretada por un pelotón de hackers. Y eso era exactamente lo que estaba pasando: una programación impecable no daba lugar al respiro. Cada nuevo orador traía una noticia “disruptiva”, que tal vez hoy sea una idea diseminada como en una guerra de guerrillas, pero con el tiempo será usada por millones de usuarios en el mundo. Y en la base de la pirámide, unas mil personas vinculadas con la industria de la tecnología dispersaba las noticias a través de sus pantallas, todos conectados a Internet en una descomunal usina de noticias wifi y en tiempo real.

Pero vamos por partes. Lo que ocurrió en estos días sirve para comprender hacia dónde están yendo las cosas: una de las primeras novedades la dio el propio sitio organizador. Tim Armstrong, director de AOL, contó que acababa de comprar TechCrunch. El modelo de negocio para los medios está en disputa y en debate, y ésta es una señal para los medios independientes: las corporaciones vienen por más. Erich Schmidt, de Google, dio una magistral conferencia donde aseguró: “Queremos darles su tiempo de vuelta”. El llamado gigante de Mountain View recibe cerca de dos mil millones de búsquedas por día. Y remarcó la dedicación de Google por aumentar la velocidad de sus búsquedas, tendiendo a que no haya que esperar ni una milésima de segundo a través del desarrollo de Google Instant: la búsqueda llega mientras se está escribiendo. Además, según datos que ofreció el propio Schmidt, la mitad del tráfico de las búsquedas ocurre desde teléfonos celulares: “Tenemos la tecnología para hacer traducciones de llamadas telefónicas en tiempo real”.

Luego hubo lugar para anuncios vinculados con nuevos productos en la “batalla de las start-up”. Sólo contamos algunas: la aplicación Pinger anunció que es capaz de convertir un iPod en un teléfono, aunque originalmente fue creado para escuchar música y conectarse a Internet. Miso Music demostró que es capaz de convertir un iPad (ese artefacto con forma tabloide que hace unos días se lanzó en la Argentina) en un instrumento de música y además en un maestro de guitarra. ¡El iPad se puede tocar como una guitarra de verdad! Y el sitio Storify pretende “componer” historias y relatos virtuales usando en un mismo lugar las herramientas de redes sociales, YouTube, medios tradicionales, todo eso que suele estar al mismo tiempo en la cabeza de los usuarios más adictos a las redes sociales. Y en eso apareció Qwiki, una nueva aplicación diseñada tanto para la web como para teléfonos celulares y cuya función es tan difícil de explicar como realmente innovadora. Tan innovadora que terminaría resultando ganadora del evento y recibiendo no sólo 50 mil dólares, sino la mirada de toda la industria. Para entender qué hace Qwiki recomendamos leer uno de los recuadros de la sección Dedos de esta página.

Pero también hubo lugar para revelaciones realmente asombrosas de compañías más consolidadas: Peter Thiel, presidente de Clarium Capital, una empresa que se dedica a invertir en productos de Internet, se sentó al lado de la periodista Sarah Lacy y contó, sin demasiados reparos, que están pensando en darles becas de 100 mil dólares a estudiantes de menos de 20 años para que dejen la escuela. Así como en la Argentina los clubes de fútbol se preocupan por cómo los jugadores se van cada vez más jóvenes a probar suerte a Europa, una buena parte de los asistentes se miró sorprendida por la declaración de Thiel: ¿hasta qué edad llegará el semillero?

También la red social LinkedIn lanzó una nueva aplicación. Signal permite saber qué están “pensando” en Twitter nuestros “contactos” y fue presentada por el argentino Esteban Kozak, quien es “principal product manager” de la empresa creada por Reidd Hoffman. Se ofreció un ingreso a Signals a través de un link en la pantalla y en 40 segundos se habían volado las 500 invitaciones. La cara de sorpresa de este cronista era tan grande como la del inversor y emprendedor argentino Gastón Bercún, uno de los creadores de Gelbee, un portal para comercio electrónico. “Aquí hay un clima de negocios increíble: me senté al lado de un inversor de casualidad, le conté qué hacía y al rato estábamos hablando de negocios”, le diría después a Página/12.

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