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El tenis masculino vivió su peor día del año al no poder impedir que el Masters, en teoría el gran cierre de la temporada, perdiera al español Rafael Nadal y al estadounidense Andre Agassi, dos de los nombres más taquilleros en un torneo golpeado ya por las ausencias.
“Estoy muy desilusionado”, dijo Nadal, que renunció horas antes del partido de debut que debía jugar ante Gastón Gaudio. “Es muy riesgoso y peligroso para mi futuro”, dijo Agassi al explicar por qué abandonaba el torneo tras caer 6-4, 6-2 en el debut ante el ruso Nikolai Davydenko. El ex número uno del mundo, lesionado en el tobillo derecho, fue reemplazado por el chileno Fernando González.
Una tendinitis en las rodillas vino complicando la temporada de Nadal en su tramo final, pero la renuncia a Shanghai se debió a problemas en otra zona de la anatomía del mallorquín, el pie izquierdo, el mismo que hace un par de temporadas lo llevó a renunciar a Roland Garros debido a una fractura por estrés. “Una vez valoradas todas las pruebas realizadas se le recomendó no participar en el Masters”, dijo desde España el doctor Angel Ruiz Cotorro. “Pero la decisión es mía”, aclaró Nadal. “Siempre es mía. Me parecía una falta de respeto a los demás jugadores jugar en estas condiciones”, dijo el español.
La noticia se conoció antes de que el torneo la hiciera oficial, y Gaudio y Puerta ya entrenaban a las 18 (hora local) en la cancha central del Qui Zhong Tennis Centre, en un anticipo del partido que jugarían poco después.
Agassi, que se lesionó el tobillo hace unas semanas jugando racquetball, opinó que Nadal está exigiéndole demasiado a su cuerpo. “Juega muy duro cada punto, es un montón de desgaste.” Las ausencias de Nadal y Agassi se suman a las renuncias –antes de comenzar el torneo– de tres ex número uno del mundo como el ruso Marat Safin, el australiano Lleyton Hewitt y el estadounidense Andy Roddick. La ATP y la ITF no decidieron aún si convocarán a un suplente –Federer arrastra también problemas físicos–, y especula con apelar a los doblistas. Cada suplente cobra 50.000 dólares por el solo hecho de viajar a China.