DEPORTES › HARTFIELD, EL MISIONERO QUE A LOS 26 AÑOS VIVE SU SEMANA MAS GLORIOSA EN EL CIRCUITO

El otro Gato no se quiere despertar

“Tengo 26 años y recién me pude comprar un autito. Es un Corsita”, cuenta en voz baja. Diego Hartfield vive su semana soñada. Recibió una invitación especial porque su ranking no le permitía ingresar directamente al cuadro principal y el misionero supo cómo sacarle provecho. “Siempre confié en lo que venía haciendo. Sabía que algún día me iba a llegar”, reconoce Hartfield, 117º en el ranking de la ATP. Con su paso a semifinales, el argentino no sólo se meterá dentro de los 100 mejores tenistas del mundo por primera vez en su carrera, sino que además sueña con jugar su primera final de un torneo ATP. “Ahora viene Di Mauro que es un jugador duro, pero confío en mi juego. Me veo en la final”, confesó Hartfield. En el único encuentro que se cruzaron, el triunfo correspondió para el misionero, que se impuso en tres sets en la primera ronda del challenger de Montevideo del año pasado.

Precisamente, 2006 fue el año de despegue de Hartfield. Ganó los challengers de Bogotá, Mississippi (venció en la final al estadounidense Mardy Fish, que esta semana eliminó a Juan Martín Del Potro en Memphis) y Atlanta, y pasó del puesto 220º al 131º. Incluso llegó a darle un susto al número uno del mundo, el suizo Roger Federer, cuando perdió 7-5, 7-6, 6-2 en la primera ronda de Roland Garros. “Fue un lindo recuerdo. La gente me ve y todavía se acuerda. Pero esta semana es más importante porque estoy ganando”, comentó el pupilo de Oscar Rodríguez.

Esta temporada comenzó de manera auspiciosa. Llegó a la final del challenger de San Pablo, donde cayó ante Guillermo Cañas. Luego fue el turno de pasar por Viña del Mar y Costa Do Sauipe, aunque no pudo sumar éxitos. Hasta que llegó a Buenos Aires, donde ganó sus primeros partidos de la temporada en un torneo ATP y se aseguró, al menos por ahora, un lugar dentro de los 100 mejores del mundo. “Hay que tomárselo con calma. No todas las semanas van a ser como ésta y no todas las semanas voy a poder jugar así. Mi crecimiento es un poco más lento. No me puedo proponer terminar entre los 20 primeros, pero por suerte de acá a Roland Garros voy a poder jugar varios torneos previos de ATP, que era mi meta”, señaló Hartfield, quien hasta la semana pasada tenía sólo dos triunfos en el circuito. En su paso por el court central de Buenos Aires, ya superó esa marca con sus éxitos sobre José Acasuso, Sergio Roitman y el de ayer. Justo en el lugar donde empezaba a soñar. “Jugar acá es algo increíble. Hasta hace algunos años yo era un hincha más y gritaba dale Hernán (Gumy) en la Copa Davis. Hay que ir partido por partido. Lo importante es no desaprovechar las oportunidades”, sostuvo Hartfield. Además, había superado al alemán Gremelmayr en el debut, aunque en una cancha auxiliar.

Pero el sueño parece no haber terminado para el misionero. Hoy jugará ante el italiano Alessio Di Mauro y, lejos de las presiones, da rienda suelta a su imaginación y se ilusiona con llegar a la final. “Di Mauro tira bolas lentas y eso a mí me complica. No es peligroso, pero es alguien que te va a hacer jugar mil bolas para ganarle. Igual yo vengo en buen nivel. Va a ser un partido muy duro”, adelantó el misionero.

Informe: Hernán Matz.

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Diego Hartfield, figura del ATP.
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