“Fue una exhibición, una clase magistral de lo que es fútbol”, apuntó César Luis Menotti tras la fantástica goleada de Alemania. “Brasil no jugó nunca al fútbol en este Mundial”, añadió Menotti, que criticó a Luiz Felipe Scolari. “El entrenador no apostó al fútbol, sino sólo a los resultados”, lo que lo llevó a “no jugar bien ningún partido del Mundial”.

Para Menotti, “Alemania no tiene grandes figuras y por eso el mérito es del equipo y el gran trabajo que hace el entrenador (Joachim) Löw”, opinó. “El equipo alemán es de una categoría impresionante. No está basado en una estrella, sino en un conjunto, y el resultado es un equipo brillante”. El entrenador campeón con Argentina en 1978 situó a Alemania en lo más alto (“Un equipo como pocas veces vi”) y destacó a tres jugadores en el equipo germano: “El arquero (Manuel) Neuer es el mejor del Mundial, el central (Mats) Hummels es hoy el mejor del mundo y además está esa figura imperceptible que es Toni Kroos”. Lo que hizo Alemania es una “revolución del fútbol” que sirvió para que mucha gente “deje de decir estupideces”.

“La selección pagó un precio muy caro por los errores que cometió. Ahora tiene obligación de conquistar el tercer lugar”, evaluó Ronaldo, que comentó el partido para la Rede Globo y ayer perdió un record histórico en manos de Miroslav Klose. “El hincha es el que más sufre con este tipo de frustración que dan las derrotas. Ahora es deber de la selección buscar una forma de aliviar eso”, agregó.

Manolo Epelbaum, el periodista argentino que vive hace 55 años en Brasil, cree que lo que ocurrió ayer “es exactamente igual a lo que sucedió en 1950: la gente llora por las calles, hay un sufrimiento generalizado y un dolor muy grande –argumentó–. La diferencia es que por ese entonces no había televisión y se recuerda los 200 mil que lloraron en el Maracaná. Ahora se multiplicó todo por las imágenes de TV y sobre todo por las redes sociales”.

La derrota de Brasil fue la primera en casi 39 años después de 64 partidos oficiales disputados como local. Había caído por última vez el 30 de septiembre de 1975, en el mismo estadio Mineirao, 3-1 ante Perú en las semifinales de la Copa América de aquel año. El 7-1 es la mayor goleada en las 20 ediciones de los Mundiales que sufre un anfitrión.