ECONOMíA

Crisis, guerra, depresión

El período 1890-1913 fue un caso claro de cuadrante S.E.: apertura sin tendencia al endeudamiento. El índice de equidad declinó levemente. Los salarios, contenidos por la inmigración, y las rentas de la tierra, acrecidas por una productividad en aumento y el acceso a mercados externos, siguieron caminos bifurcados. En 1910 el salario de un obrero urbano argentino podía comprar apenas una quinta parte de la tierra que había podido adquirir en 1870. La integración al mundo tenía sus beneficios en términos de crecimiento, pero introducía una desconocida desigualdad en aquel aparente reino de la equidad.
¿Fue el lapso entre la Gran Guerra de 1914-18 y la Gran Depresión de 1929 el inicio del retroceso económico argentino? El país sufrió intensamente con la conflagración, pero se recuperó con creces en los años ‘20. La producción industrial creció más rápidamente que la actividad rural, y en 1930 la superaría por primera vez. Es entonces cuando realmente comienza una política de protección. La apertura económica y el superávit son menores que en el período anterior. Hay importantes incrementos de salarios, y la agricultura se expande más que la ganadería.
La explicación del razonable crecimiento de la Argentina en esa época se apoya en la acumulación de factores y en el comercio, pero las fuentes del crecimiento se están debilitando o, al menos, mutando: ya no quedan tierras que incorporar a la producción pampeana, y los capitales son menos abundantes que en la belle époque.

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