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–Es un reclamo histórico de la CTA obtener su personería gremial. El reciente fallo de la Corte, ¿puede incidir en una resolución del tema?

–Es un fallo importante, que me parece que cambia la doctrina. Por lo pronto, llama a atender el problema de los delegados gremiales. Eso ya significa entrarle a un tema muy complejo por cómo está estructurado el sistema sindical argentino. Pero la personería gremial de la CTA no surge del fallo. Digo esto así como hice una primera lectura que pareció muy reducida, pero que en realidad lo que quería decir es que solamente en el sector público se podía haber producido un caso como éste que terminara en un fallo de la Corte.

–¿Eso quiere decir que no puede haber un fallo similar en el sector privado?

–En el sector privado no se hubiera dado. Aunque el resultado es extensible a todos. Pero dígame un gremio donde hay problemas de representatividad gremial.

–Los gastronómicos.

–No piense más. Es el único caso. El caso de los gastronómicos es un caso muy particular, el de los lecheros es un caso que es propio y específico de la interna de los lecheros. En la UOM, Paulón o Piccinini levantaban la mano y opinaban. No me parece que tengamos que exagerar la confrontación, que además no existe. Algo que me parece importante destacar es esta mala interpretación de la cuestión del enfrentamiento de los lecheros y es que 48 horas después del fallo de la Corte, si había dos personas reflexivas dispuestas a sentarse a conversar sobre el tema, que se manifestaban preocupadas en el mejor sentido de los términos con relación al fallo de la Corte, con alegrías y enojos, esas dos personas eran Hugo Yasky y mucha gente de la CTA y Hugo Moyano y mucha gente de la CGT.

–¿Es decir que la salida que pide la CTA puede ser fruto de un consenso?

–La CTA está tramitando el expediente de pedido de personería, pero en cualquier tema vinculado con la cuestión sindical yo apuesto y creo que es mejor que surjan diálogos y consensos posibles entre ambas partes.

–El Gobierno ya reconoció a la CTA en los gremios estatales y la incluyó en las delegaciones oficiales a la OIT. ¿Darle la personería no sería la frutilla del postre?

–Esa frutilla con un país que tiene un modelo sindical vigente hace 60 años. Como en cualquier aspecto de la vida, modificar algo tan arraigado no es una cosa de un día para otro.

–Ultimamente recrudecieron los enfrentamientos violentos entre sectores gremiales. ¿Le preocupan estos episodios?

–Sin ninguna duda. Y conocedor como soy de lo que es la militancia sindical puedo comprender muchas cosas que a lo mejor a otros le cuesta más comprender. Pero de ninguna manera esto es una lucha entre trabajadores. Yo diría algo más, y no quiero hacer interpretaciones con esto porque es un tema que merece tratarse con mucho cuidado, pero la lucha sindical no tiene ese componente violento. Cuando intervienen elementos extraños, que no son los trabajadores organizados de sindicatos, es cuando se dan estos hechos.

–¿Y en estos casos qué elementos vienen de afuera?

–Bueno, vimos que en varios episodios estuvieron involucrados barras bravas de clubes de fútbol, que no son naturales de la lucha trabajadora.

–Pero alguien los trae.

–Si los traen o no, son otras preguntas. Yo no tengo las respuestas a esas preguntas. Pero lo miro con mucha preocupación, para nada es un tema que pase desapercibido para la sociedad.

–¿Y los dirigentes sindicales no pueden contener ese tipo de hechos?

–Bueno, de hecho Yasky y Moyano sacaron un comunicado conjunto inmediatamente y lograron tranquilizar los ánimos.