ECONOMíA

Opiniones cruzadas sobre el impacto de la medida

MIGUEL BEIN, CONSULTOR

“Ajustar el gasto sería recesivo”

El anuncio es de por sí reactivante, se cae de maduro que es una buena medida. Hay que abrir el financiamiento internacional para no ajustar el gasto, eso sería una medida recesiva. La reapertura del canje permite que bajen las tasas de interés y permite utilizar una de las principales políticas contracíclicas que hay ahora en el mundo. El Gobierno tiene que tomar esta decisión si pretende mantener el ritmo de gasto público y financiar la universalización del ingreso para la niñez y las obras públicas. El año que viene hay amortizaciones por 5 mil millones de pesos, por eso, en la medida que tengas aire y no haya que ajustar el gasto para pagarlo, mejora tu situación. Se anuncia porque es necesario para sostener los planes de obra pública sin tocarlos para pagar los vencimientos de capital. La reapertura del canje no tiene oposición desde el punto de vista conceptual. La tradición indica que cuando un gobierno se lanza a este tipo de operaciones es porque ya tiene, como mínimo, el 40 por ciento de aceptación, además el país recibe alrededor de mil millones de dólares frescos.

NICOLAS ARCEO, DE CENDA

“El endeudamiento externo no sirve”

El anuncio no tiene nada de positivo. El gasto público no se tiene que financiar con endeudamiento en el mercado internacional de capitales. El financiamiento de los distintos proyectos que pretende el Gobierno se puede hacer sin recurrir al endeudamiento externo que, como muestra la experiencia de los noventa, es de corto plazo y no sirve para ese objetivo. Hay que recurrir a otras herramientas que provean de recursos genuinos. En la postconvertibilidad, el sostenimiento permitió romper con la lógica de endeudamiento masivo del sector público, por eso sostenemos que hay que obtener recursos genuinos gravando rentas que no forman parte de la estructura tributaria, como la renta financiera. Con este anuncio el Gobierno supone que va a poder acceder a tasas más bajas, que ronden entre el 13 y el 10 por ciento, pero eso no lo genera la reapertura del canje. La reducción en las tasas es porque el contexto lo permite, es porque hay más liquidez internacional. Pensar que los holdouts hacen bajar las tasas es ser muy positivo. La ejecución de sentencias en el exterior a favor de esos bonistas no tuvo ningún éxito. Entonces, ¿cuál es la ventaja?

IVAN HEYN, DE AEDA

“Aprovechar la oportunidad”

Hoy las cuentas del sector público dan para financiarse con recursos propios, pero es irracional usar esos recursos cuando en el mercado hay financiamiento barato. ¿Por qué no aprovechar esa oportunidad? La reapertura del canje es razonable en tanto y en cuanto el Gobierno no se engolosine y sea muy conservador en relación con los riesgos de endeudamiento. Las tasas de interés que ofrecen los países en desarrollo son muy atractivas frente a la debilidad del dólar y las bajas tasas de los bonos del Tesoro norteamericano. Brasil se financia al 4 por ciento, pero a nosotros nos castigan por la deuda en default. Esto permite refinanciarse en un escenario positivo. El pago a los holdouts libera recursos para otras actividades, principalmente para financiar la inversión y aumentar el volumen de obra pública, con su impacto en el empleo y consumo. Pero hay que tener cuidado. En los ’70 también hubo mucha liquidez y eso generó que todos se endeudaran a tasas bajas pero variables. Ese esquema estalló en la crisis de deuda del ’80.

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