ECONOMíA › ACUERDOS SALARIALES EN EL CONFLICTO DEL PUERTO SAN LORENZO

No cobran como aceiteros, pero casi

 Por Javier Lewkowicz

Las compañías exportadoras de granos y los trabajadores del puerto de San Lorenzo finalmente llegaron a un acuerdo donde establecieron subas salariales muy diversas, que van desde 12 a más de un ciento por ciento según el gremio y la empresa de la que se trate. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, resaltó que no se trató de una paritaria, sino de un conflicto laboral puntual de ese puerto, donde conviven trabajadores aceiteros con salarios de cinco mil pesos y vigiladores que apenas cobran el salario mínimo. De ahí la diversidad en los aumentos acordados, que no serían una pauta para las paritarias generales que se están comenzando a abrir.

El conflicto que bloqueó por varios días las exportaciones agroindustriales pasó de la órbita provincial mientras intervino el Ministerio de Trabajo de Santa Fe, a manos de la Nación, cuando la propia presidenta, Cristina Fernández, solicitó el apoyo de la cartera que encabeza Tomada. Siete gremios con unos tres mil trabajadores vinculados con la industria aceitera confrontaron con ocho de las principales empresas exportadoras de granos, que desde la devaluación han acumulado ganancias extraordinarias. Los trabajadores buscaban llegar a un salario de cinco mil pesos. Se acordó un tope de 4800 pesos y un piso de 3800 pesos, y en todos los casos el acuerdo rige desde el 1º de febrero.

Los trabajadores que participaron del conflicto realizan actividades dentro de las industrias aceiteras, contratados por esas grandes empresas o por tercerizadas. Sin embargo, estaban muy retrasados respecto del salario de cinco mil pesos de los aceiteros. La diversidad de actividades que realizan los trabajadores que estaban en conflicto y la variedad de empresas involucradas definieron una estrategia de acuerdos heterogénea, siempre sobre una jornada base de ocho horas.

En todos los casos se definieron adicionales no remunerativos hasta que según el convenio colectivo de cada actividad se los incorpore al salario. Las empresas pueden sumarlo todo junto o en partes y la suba puede ser a cuenta de las próximas paritarias (aunque no necesariamente), por lo que probablemente juegue como un factor más en esas mesas de negociación.

Entre los diversos grupos de trabajadores que plantearon la protesta están los recibidores de granos, que son empleados de las aceiteras. Recibieron un plus que llevó el salario de 3500 a 4500 pesos (aumento de 29 por ciento). En una situación laboral similar, los empleados de comercio que cobran 3200 pesos pasaron a 3900 pesos (22 por ciento).

Dentro del grupo de tercerizados, los trabajadores permanentes de la construcción que pertenecen a la Uocra pasaron de 2800 a 4100 pesos, un incremento de 46,4 por ciento. Aquellos que se desempeñan en las grandes obras deberán llegar a un arreglo particular. En el caso de los vigiladores, el aumento fue de 1000 pesos. Pero como algunos cobraban el salario mínimo, ese particular grupo pasó de 1800 hasta el piso estipulado de 3800 pesos, una suba de 111 por ciento. Los camioneros que se desplazan dentro de la planta pasaron de 3300 a 4100 pesos, un alza de 24,2 por ciento. En el caso de los trabajadores portuarios, recibieron un aumento de 11,6 por ciento y llegaron a un salario de 4800 pesos.

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Carlos Tomada explicó los resultados de una compleja negociación.
Imagen: Bernardino Avila
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