ECONOMíA › TAMBIéN LES IMPUTAN MANIOBRAS DE TRIANGULACIóN

El otro frente de las cerealeras

La sanción a Bunge por operar con proveedores falsos es sólo una de las investigaciones que está llevando adelante la AFIP. El otro frente que involucra a Bunge y a otras seis cerealeras tiene que ver con las maniobras de triangulación. El titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, presentó en noviembre del año pasado un informe sobre “Evasión de grandes grupos concentrados” ante la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados. Allí denunció la intermediación o tercerización de las operaciones de exportación que venían realizando un grupo de cerealeras a través de paraísos fiscales o países sin convenio de intercambio de información con Argentina. En este último caso, el propósito de los “pases” del producto antes de llegar a su destino final era la subfacturación de la exportación para evadir las cargas tributarias correspondientes, afirmó. Además, los fondos evadidos al subfacturar exportaciones, cuya diferencia terminaba cobrándose en el exterior, volvían al país provenientes de paraísos fiscales o jurisdicciones con escaso control, lo cual constituía las maniobras financieras. A comienzos de marzo, el funcionario aplicó las primeras sanciones a las multinacionales Cargill, ADM Argentina y Toepfer Argentina. Después hizo lo propio con Louis Dreyfus Argentina, Bunge Argentina y Oleaginosa Moreno y el miércoles pasado fue el turno de la cerealera Molinos Río de la Plata.

Las principales plazas con las que se detectaron maniobras de triangulación son Uruguay, Suiza y Singapur. Al primer destino se facturaron 8842 millones de dólares en 2009, de los que apenas habrían quedado en ese país como destino físico final 2015 millones. A Suiza, sobre 4328 millones, sólo tenían a ese país como destino final productos por 1518 millones. A Singapur se facturaron 1101 millones, pero sólo 43 millones eran para productos a ser consumidos en ese país.

Ya en noviembre, la AFIP señaló como “casos detectados en cerealeras, en curso de investigación” a cinco “contribuyentes globales” que operan en Argentina bajo la figura de filiales o sucursales de empresas de capital holandés, estadounidense, alemán y argentino en otro.

Al aplicar las sanciones a las cerealeras, el organismo comandado por Echegaray informó que fue por “triangulaciones nocivas, utilización de paraísos fiscales y maniobras financieras con el exterior” en las operaciones de exportaciones de granos que realizan desde la Argentina. No dio mayores detalles, pero se pueden vincular las imputaciones hechas con lo que, en el informe de noviembre, se señaló como “principales destinos nocivos de facturación: Uruguay, Suiza, Singapur, Barbados e Islas Caimán”.

Además de Bunge, a quien ahora la Justicia le confirmó la sanción por operar con proveedores apócrifos, se suspendió a:

- Cargill. Es una firma estadounidense que lidera las exportaciones de granos en la Argentina y además cuenta con una extendida red de firmas acopiadoras bajo su control en toda la Pampa Húmeda.

- ADM. También es estadounidense. Sus operaciones globales suman una facturación cercana a los 50 mil millones de dólares. En Argentina concentra su negocio en la exportación de granos.

- Alfred Toepfer International. Es una cerealera que nació en Alemania, pero en la actualidad el 75 por ciento está en manos de ADM.

- Oleaginosa Moreno. Pertenece al grupo estadounidense Glencore, tiene a su sociedad controlante radicada en Baar, Suiza.

- Dreyfus. Tiene un controlante nómade, ya que en apenas diez años se mudó de París a Londres, de allí a Amsterdam, para asentar domicilio fiscal, al menos por ahora, en Ginebra, Suiza.

- Molinos Río de la Plata. Es la única empresa argentina dentro del pelotón de sancionadas.

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