ECONOMíA › LA ESTRATEGIA CHINA DE SUBSIDIAR EL CONSUMO PARA FRENAR LA INFLACIóN

Política activa de sustitución de importaciones

 Por Sebastián Premici

Desde Beijing

Los controles de precios para sostener un mercado interno y evitar efectos inflacionarios se aplican en China mediante un fuerte subsidio a los alimentos para potenciar el consumo de su población, para que no sea afectada por los altos precios de los commodities. A su vez, comenzó a reemplazar algunas importaciones para favorecer la producción local. Este fue un dato poco analizado cuando en febrero del año pasado se frenaron los embarques argentinos con aceite de soja. Si bien se hizo hincapié en que la medida era por represalia por la utilización de las licencias no automáticas, China comenzó a cambiar su estrategia sobre este producto, que forma parte de la canasta alimentaria de su población. En 2010 importó 1,3 millón de toneladas de aceite de soja, lo que representó una caída del 44 por ciento respecto del mismo período del año anterior. Es decir que empezaron a producir el aceite que antes compraban en el exterior.

Según datos del Centro Nacional de Información sobre Granos y Aceites de China, en la campaña 2010/2011 producirían 10,37 millones de toneladas, es decir un 15 por ciento más que la anterior cosecha. Las pretensiones de China de aumentar su producción local tienen que ver con la creciente demanda de su población –el principal objetivo de su plan quinquenal–, pero donde también juegan otros datos estructurales de su macroeconomía. Para controlar la inflación en China, la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma impuso un techo a los precios minoristas de los aceites vegetales. “Los precios planchados en el mercado interno serían uno de los causantes de las bajas importaciones de aceite de soja hasta el momento”, señaló un informe de la Consejería Agrícola de la embajada argentina, a cargo de Omar Odarda. Es decir, su estrategia es subsidiar el consumo para frenar la inflación, por eso comenzaron a importar menos aceite de soja con el objetivo de producirlo localmente y reducir parte del déficit que les genera los incentivos al consumo.

Según la Administración Estatal de Granos, la capacidad instalada de molienda en China es de 95 millones de toneladas de porotos, lo que se traduce en unas 19 millones de toneladas de aceite de soja. De acuerdo con estos datos, la capacidad ociosa sería aproximadamente del 50 por ciento, es decir que tienen margen para seguir avanzando en la producción local de este producto, que el año pasado tuvo una cotización en el mercado local de 1150 dólares la tonelada y en los primeros seis meses de 2011 ascendió a 1550 millones.

La estrategia china de reemplazar las importaciones de aceite de soja choca con las intenciones de Argentina de vender más valor agregado a través de la producción industrial de este producto, que antes del conflicto del año pasado representó ingresos por 1442 millones de dólares, aunque como contrapartida se potencia el mercado de porotos de soja. El año pasado se vendieron granos de esa oleaginosa por 4117,5 millones de dólares.

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